jueves, 22 de septiembre de 2011

#Atención, pregunta # 9



¿Por qué se oye el mar en las caracolas?


No hay presente: todos los caminos son recuerdos o preguntas.
Miquel Martí i Pol

Eso era lo que quedaba del verano, una estantería llena de recuerdos, ofrendas arrojadas por las olas y rescatadas de la arena por mí. Mis pequeños trofeos…
Ordenaba mi colección de conchas y caracolas con cierta melancolía, evocando el momento exacto en que las recogí; y como las desenterré de la arena negra y como después mis huellas delatoras fueron barridas por una estela de espuma blanca, olas lejanas que morían besando la playa, ¡dulce y triste beso aquel! El agua era caliente en mis recuerdos, y no sé porque siendo así, sentía ahora la piel de gallina, ¿sería quizás por saber que todo aquello ya quedaba en el ayer? Tal vez… quizás por eso, inevitablemente, alcancé una caracola y pensativa me la acerqué a la oreja. Debí haber hablado en voz alta y sin pensar, porque luego de un rato le oí decir a él…

“En realidad no se oye el mar, pero lo que sucede es que el cerebro crea una sensación nacida de una ilusión acústica, así que nos engaña.
¿Sabes? Para que surja el efecto no hace falta una caracola, vale un vaso de cristal, pero no vale un zapato… Lo que necesitamos es un objeto de tamaño mediano, semicerrado y rígido.  Y así el sonido se propaga por medio de ondas y cuando estas chocan con los objetos, la onda se divide en tres: una onda traspasa el objeto, otra onda hace vibrar el objeto al quedar atrapada en él y por último una onda sale rebotada y continua en el exterior del objeto. Las dos primeras ondas harán que el objeto semicerrado, tocando nuestra oreja, se comporte como un amplificador. La pequeña amplificación, que se produce en nuestra caracola, es producto de la resonancia.”

Sacudí la cabeza dejando cuidadosamente la caracola en la estantería, dándole la espalda. No dije nada, sólo me acerqué a la ventana para mirar nostálgicamente como atardecía. Bueno, quizás susurré algo…
-Tú si que sabes como quitarle encanto a las cosas.
Desconozco si me oyó, sólo sé que después de un rato me di cuenta de que el Científico seguía ahí, bajo el marco de la puerta, absorto como yo en la descacharrada música que salía de la pequeña cajita de música que estaba en la mesa. Había cierta expresión abatida en sus ojos, lo que me hizo sentir un poco culpable, ¡éramos siempre tan ásperos el uno con el otro!
-Perdóname, es que hoy me siento nostálgica.
Él sonrió tímidamente y dijo:
-No, perdóname tú a mí, a veces comprendo la poca sensibilidad que tengo…
Se acercó hasta la ventana y tomando un cojín se sentó a mi lado, codo con codo. Juntos observamos en silencio como se despedía el sol en el último atardecer del verano.




Fuentes: Acusticaweb.com/blog/curiosidades/165-ipor-que-oye-el-mar-en-las-caracolas. Goear. Google imágenes.
Ilustración de Antonio Cazorla.

10 comentarios:

Raquel dijo...

Las caracolas me producen el mismo efecto que las cajas de música; en las caracolas parece que el mar está atrapado dentro de ellas, y en las cajitas de música es la melodia lo que parece estar encerrado en su interior. Cuando abro una caja o me acerco una caracola al oído lo que oigo es una melodia triste, una melodía atrapada.
Un beso, Anita.

Ana Bohemia dijo...

¿Te has puesto poética? jeje, es lo que tiene soñar despierto. Las caracolas y las cajitas de música tienen ese encanto melancolico, de algo que está atrapado, ¿verdad?
Un besito
;)

lopillas dijo...

Me acabo de poner una taza en la oreja y no es lo mismo. Que lo sepa el científico: el mar está dentro de nuestras neuronitas
Bonita entrada, acorde al otoño que ya aparece

Ana Bohemia dijo...

Hola Lopillas, que bien que te gustara la entrada.
Se lo diré al Cientifico, jaja, por supuesto que no es lo mismo on una taza jaja, yo prefiero soñar y pensar que dentro de las caracolas hay un poquito de mar, ¿no?
Un beso
:D

Nortiz dijo...

¿No irías a la playa Jardín a coger caracolas? :P
No tenía ni idea de lo que nos explicas y es una muy buena pregunta lo del sonido de las caracolas. Sin embargo, así como es inmediato ponerse una caracola en el oído, nadie nos dice que probemos con vasos. Curioso.
Me ha gustado mucho saberlo :) Y la canción es muy bonita para escucharla mientras se lee.
Un beso =)

Ana Bohemia dijo...

¿Conoces la Playa Jardín? Que bien, jaja. En mi isla hay muchas otras playas bonitas, esa siempre me ha parecido algo peligrosa.
Lo de los vasos no es lo mismo, se pierde el encanto, ¿no?
La música acompaña, pone el ritmo nostalgico, es muy bonita.
Un beso
;)

Nortiz dijo...

Sí, porque el hotel estaba ahí al lado. No la considero muy buena para el baño y eso, pero es muy bonita con la arena negra, las flores, las cascadas... toda una obra de Jorge Manrique si no me cuelo yo ahora.
Más bonita la caracola jeje y la música genial, de verdad. Un beso :)

Ana Bohemia dijo...

Hola Natalia, me parece que estas hablando de la playa Martianez, que esta al lado del parque maritimo que como dices fue una obra de César Manrique, jaja.
La playa Jardin esta al lado del Castillo de San Felipe (es muy pequeño) y super cerca del Loro Parque. Un lugar precioso.
La música casi la he gastado, la he escuchado mucho, me inspira y relaja, y necesito todo eso, jeje.
Un beso
:D

Nortiz dijo...

No, hablo de la playa Jardín :P La tenía al lado del hotel y es imposible olvidarla por todos. También fue obra de Manrique. Aquí está la información: http://www.webtenerife.com/Destinos-y-lugares/Playas/PLAYA+JARDIN.htm?Lang=e
También estuve en los lagos y me gustaron.
Jaja, qué graciosa tu nueva foto de perfil. Me gusta :) Un beso

Ana Bohemia dijo...

Si, Paya Jardin, ¡que bonita! Es verdad obra de Cesar Manrique, como el Lago Martianez.
Cambié la foto del perfil, pero sin olvidarme de los gatos, claro, es graciosa, jaja,
Un beso
;)

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