sábado, 28 de enero de 2017

Curiosidades animales

Compartimos planeta con ellos, los animales, seres diferentes a nosotros y en ocasiones (por no decir la mayoría de las veces) increíblemente fascinantes. ¿Sabías que a pesar de ser tan altas las jirafas sólo tienen siete vertebras como el resto de mamíferos? ¿Y que la lengua de la ballena azul pesa como un elefante adulto? ¿O qué el hipopótamo corre más que el hombre? ¿Que el mosquito tiene 47 dientes? ¿Que los erizos ven todo de color amarillo…?



Rana de punta de flecha
Son chiquititas y casi minúsculas, llaman la atención por sus vivos colores, de unas combinaciones maravillosas, nadie diría que algo a la vista tan insignificante puede causar problemas tan graves. Y es que este ser vivo produce un tipo de toxina tan poderosa que con sólo una gota podría llegar a matar a un humano.


Flamenco
A pesar de contar con dos esbeltas patitas, los flamencos, esos seres elegantes de color rosa, prefieren pararse sobre una sola pata. No existe una razón científica, la única base en la que justificar este hecho es que los flamencos se encuentran más cómodos al estar de esa forma. Lo más insólito de estas aves es que su cerebro es más pequeño que los diminutos ojos que poseen.


Suricato
Este animalito se asocia a ser perezoso y a estar durmiendo al sol, pero en realidad es todo lo contrario, el suricato es un ser muy trabajador. De hecho, suelen utilizar sus garras delanteras curvadas para excavar, además pueden mover arena varios cientos de veces su peso corporal en un sólo día.


Canguro
Muy poca gente sabe que el recién nacido de canguro es aproximadamente del tamaño de una cereza. Otra cosa cuanto menos curiosa de nuestros amigos saltimbanquis es que cuando ellos necesitan defenderse a sí mismos suelen gruñir como si fueran un auténtico perro.


Lemures
El nombre de este animal proviene del latín que significa 'fantasma o espíritu', este apodo es en referencia a sus ojos finos y su preferencia de moverse por la noche. A pesar de su gusto por la oscuridad una de las costumbres de los lemures es tomar el sol por la mañana en una posición similar a la “posición de loto” con las piernas extendidas, actividad que suelen hacer en grupos.


Hipopótamo
¿Sabías que los hipopótamos “sudan” sangre? Bueno eso no es así exactamente, pero es cierto que este animal produce un pigmento rojo que actúa como filtro solar, que tiene aspecto de sangre.


Tortugas
En la reproducción humana una vez se cruzan los cromosomas del padre y de la madre, y el óvulo es fertilizado el sexo del embrión no cambia. Sin embargo, en las tortugas el sexo de las crías se determina por la temperatura en la que han sido incubados.


León marino
Estos seres vivos pueden comerse el 5% de su peso corporal en un sólo día, lo que supone una enorme cantidad de peces. Además, los leones marinos son unos magníficos buceadores y sus inmersiones pueden durar hasta 10 minutos en descensos de entre 26 y 98 metros de profundidad.


Babuinos
¿Por qué los babuinos tienen el trasero de color rosa? No es por razones estéticas. En realidad, sus traseros son almohadillas que les permiten sentarse y dormir en posición vertical.

Fuentes:

lunes, 16 de enero de 2017

A sus pies…



Se hinca de rodillas rebuscando en su chaquetilla, sus dedos arañados por las espinas de la rosa que ha podado de su propio jardín tantean con torpeza dentro de un bolsillo agujereado, el objeto que busca no está. De pronto su mundo se vuelve oscuro y vertiginoso, le sobreviene un vahído, disimula aunque no demasiado bien, le delata el súbito verdor de su tez. Pronto ella advierte el sudor que baja de su frente, carraspea pero no consigue que él reaccione. La magia del momento ha volado y no importa porque enseguida él pierde su afectación al explorar a palmetazos su ropa. Luego, cuando la búsqueda es definitivamente infructuosa abandona el ramo a un lado que suelta como sin querer, y que cae a plomo sobre sus pies. No tarda entonces en aplanar el césped con las manos. Mide, analiza, sondea, el instante se vuelve tenso y ridículo, pero él sigue gateando sobre la húmeda tierra obcecado y enajenado. Entonces, de repente, algo brilla despuntando como una gotita de rocío entre el verde pasto, se le escapa un suspiro, casi un gritito entusiasmado. ¡Por fin! Ya con el anillo en la mano oye que alguien cacarea una risa, se siente idiota cuando descubre que es ella, que le mira entre divertida y avergonzada.
–Imagino que no querrás casarte con alguien tan idiota como yo, ¿eh? –dice con un mohín.
Aún en el suelo él parece un cachorrillo abandonado. El romanticismo no ha muerto pero debe estar herido de muerte, imagina, tratando de sacarle lustre al resbaladizo anillo y al intacto pedrusco del centro. El barro ha calado la tela de sus pantalones, algunos mechones del flequillo se le han despeinado, sus ojos parecen dos pozos negros de aciaga desesperación. A ella se le clava en el alma aquella mueca abochornada, e hincando las rodillas en el suelo, se coloca a su lado para tomarle de las manos.
–¿Y perderme estos futuros momentos contigo?, ¡de eso nada!
–¿Es un sí?
–Claro, mi afectísimo seguro servidor, ¡es un sí!



Hace tiempo que quería hablar sobre el galanteo y la galantería, ¿son cosas del ayer?, ¿tienen sentido hoy en día?, ¿las sentimos como un gesto romántico o más bien como algo pasado de moda y que esconde segundas intenciones?
La galantería nació en Francia y esa vieja galantería de elegancia de intenciones y maneras fue mal utilizada por los libertinos de todas las cortes europeas para conseguir sus conquistas.

Se dice que la galantería está más en la palabra que en la obra, sobre todo en la respuesta ingeniosa. Aquí te dejo con un ejemplo de historia galante que ocurrió durante una recepción en la Corte versallesca de Luis XIV (1638-1715) (recordemos que la galantería nació en Francia), donde el Sultán de Marruecos había enviado una embajada, cuyo embajador resultó ser hombre de refinada galantería. La bella María Ana de Borbón, Princesa de Conti, comentaba con el enviado del Sultán el número de esposas que un hombre podía tener en su tierra, a lo que el embajador marroquí contestó:
“Señora, si tenemos tantas mujeres en nuestro harén es solo con un fin: el de lograr con todas ellas una mujer que posea todas las cualidades que aquí es posible encontrar en una sola”.
Y se quedó mirándola fijamente.

La manera de entender ciertos gestos ha cambiado, y hoy en día determinados requiebros hasta pueden resultar ofensivos.
“A sus pies, señora mía, permítame que le bese la mano, usted primero, mi honorable dama,”, que ridículo suena ahora estos besamanos, lances y piropos exagerados, que en realidad han quedado muy en el ayer. No olvidemos que el galanteo es en realidad un acto de amabilidad y cortesía, y para que los valoremos deben ser totalmente voluntarios y naturales.

Las formas de galantería que son habituales en nuestra cultura implican siempre que el hombre actúa y la mujer consiente, implica una comunicación no verbal muy importante en las relaciones que se puede malinterpretar, y aquí viene la controversia, ¿el galanteo es sólo cosa de hombres?

Decía Bacon, filósofo inglés, que la cortesía era “el vestido del espíritu”, si la cortesía viste el espíritu, ¿la galantería que viste?




Fuentes:

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