domingo, 18 de noviembre de 2018

Destructores natos



Estamos aquí, parados sobre el mundo, dejando que sus recursos mermen, pasivos responsables del cambio climático y la paulatina destrucción del planeta. Somos unos destructores, unos saqueadores, estamos expoliando tanto La Tierra que si no le damos un respiro nunca se recuperará de este maltrato. 
Tenemos que pararnos a pensar sobre el medio ambiente, porque es lo que nos rodea, el principal factor de nuestra calidad y bienestar de vida.  Nuestro papel en este desastre es importante, pongámonos manos a la obra, ahora es el momento porque estamos a punto de atravesar el punto de no retorno.

Frases sobre el medio ambiente para que cambies tu perspectiva:

"Alguien activista no es quien dice que el río está sucio. Alguien activista es quien limpia el río" (Ross Perot). Ponte manos a la obra porque no basta con sabernos la teoría (¡que también!): hay que actuar y hacer lo posible para preservar la salud de la naturaleza que te rodea.

"Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no la escucha" (Victor Hugo). No te des la vuelta, observa lo que pasa a tu alrededor con el agua, los bosques, la contaminación del aire y ten los oídos atentos a los mensajes que nos manda la naturaleza. ¿Puedes oírlos?
"El océano es el alcantarillado universal" (Jacques Yves Cousteau). Para que te hagas una idea de la magnitud del problema, te daremos solo un dato: se estima que en el fondo del mar y en las playas hay entre 5 y 50 billones de fragmentos de plástico, según datos de Greenpeace.
"Lo que estamos haciendo a los bosques del mundo es un espejo de lo que nos hacemos a nosotros mismos y a los otros" (Mahatma Gandhi). Según la FAO, cada año desaparecen 8,8 millones de hectáreas de bosque, una superficie superior a toda Andalucía. Increíble, ¿verdad? El daño que se le hace a los bosques es un daño que nos repercute a cada uno de nosotros porque supone la desaparición de la biodiversidad, de fuentes de energía y de espacios naturales, que son la garantía de que nuestra especie tenga un hogar en el que habitar.
"Nunca sabremos el valor del agua hasta que el pozo esté seco" (Thomas Fuller). No podemos esperar a que un recurso limitado como el agua se agote, sino que tenemos que actuar desde este momento, reduciendo su consumo y evitando la contaminación.

"Nadie es ambientalista de nacimiento. Es solo tu camino, tu vida y tus viajes lo que te despierta" (Yann Arthus-Bertrand). Conocer el mundo, observar otras culturas o visitar espacios naturales únicos te abrirá la mente para convertirte en una persona con conciencia mediambiental.


Fuentes:
https://blog.oxfamintermon.org/frases-sobre-el-medio-ambiente-que-te-haran-reflexionar/


lunes, 12 de noviembre de 2018

La abuela rockera

Hay que remontarse a finales de los años 80, la movida madrileña ya era cosa del pasado, y lo que se llevaba era el Heavy y el Hard, estilos musicales cañeros y rompedores que contaban con legiones de seguidores con una estética que se distanciaba mucho de lo que se había llevado hasta el momento. Una tribu urbana mal vista por la sociedad que no se cansaba de escuchar Master Of Puppets de Metallica o el Killers de los Iron Maiden. Los fanáticos de este estilo reivindicaban que el Heavy no era violencia pero la mayoría de las veces aquellas reuniones terminaban como el rosario de la aurora. El heavy metal fue el perfecto contra punto a la Movida Madrileña, más enfocada hacia los modernos y los pijos. El Heavy caló en la juventud que procedía de clase obrera y del extrarradio… ¡y no tan jóvenes!
Hubo una “Criatura Salvaje” en aquellos tiempos que marcó el recuerdo para siempre la historia del Heavy español: Ángeles Rodríguez Hidalgo que nació en 1900 y murió a los 93 años; la abuela rockera de Vallecas, símbolo rockero del distrito de Madrid.
70 años tenía cuando descubrió lo que era la música rock, hasta entonces nunca había prestado atención a ese estilo que no se parecía en nada a la copla española que había alegrado sus tiempos mozos; hasta que un buen día su nieto quiso ir a un concierto de rock, pero no le dejaban ir solo y nadie podía acompañarlo. Ella, como toda buena abuela, no dudo en ofrecerse a acompañar a su nieto. Aquel día se le abrió un mundo nuevo de guitarras eléctricas y melenudos, una cofradía que la acogió sin prejuicios con la sola y sana intención de disfrutar de una música que le voló la cabeza y la rejuveneció de un plumazo o mejor dicho de un guitarrazo.
Ataviada de su chupa de cuero y una gorra a juego, se la empezó a ver en prácticamente todos los bolos de la capital, se convirtió en un símbolo para la juventud llevándola a ser colaboradora en programas de radio como el Búho y Radio Cinco. Ya con 90 años tuvo una sección semanal en la revista Heavy Rock “La Abuela Consulta” y salió en la portada del single de los Panzer “Toca Madera”, dicha estampa sirvió como modelo para la estatua que preside la avenida Peña Gorbea de Vallecas. Una de las esculturas más emblemáticas de rigurosa visita para cualquier amante del Heavy. Como curiosidad hay que decir que unos imbéciles le rompieron los dedos a la estatua y aquella peineta que tan orgullosamente lucía su esfinge, se convirtió en algo parecido al saludo comunista, cosa que tampoco hubiese desagradado a la abuela. Años después, se reparó dicho desperfecto y hasta día de hoy se puede disfrutar en todo su esplendor en Vallecas, el barrio de la abuela rockera.
-Fotografía de Dani Keral-


Fuentes:
Música:
Iron Maiden-Killers

miércoles, 7 de noviembre de 2018

“Echar un polvo”


Un modismo, una manera de referirse a los encuentros sexuales, una expresión vieja, viejísima, centenaria, descontextualizada, pero tan extendida que aún seguimos usando la locución que ya se ha insertado en la sociedad, y que no creo que se vaya pronto, ¿para qué?, ¡si todos entendemos lo que significa!
Pero, ¿de dónde viene eso de “echar un polvo” para referirse a los escarceos amatorios y eróticos? Quizá te choque saberlo, pero tiene que ver con la aristocracia española de los siglos XVII y XIX…



El pitillo del siglo XVIII no se echaba después del coito, más bien era la excusa, para que comprendas del todo la expresión te tengo que hablar del rape, forma bajo la que se consumía el tabaco hace más de 200 años. Un tabaco altamente triturado (y con aromas añadidos, para que su absorción fuese más gustosa) que se esnifaba. La inhalación del tabaco provocaba un acto reflejo, estornudos violentos que buscaban la expulsión de la droga. Por ello, el consumo de rape era un acto muy poco elegante, poco recomendable de manifestar en público, especialmente en presencia de las damas.
Los varones nobles salían discretamente a “echar un polvo”, pues así lo empezaron a llamar, durante unos minutos para luego volver a la sala. El equivalente actual a la pausa del cigarrillo en oficinas y bares. Y en ese lapso de tiempo que se convirtió en costumbre social se encontró una oportunidad. Unos instantes en los que los encuentros sexuales podían disimularse. O al menos al principio, ya que del uso vino el abuso y el desplazamiento semántico. “Echar un polvo” se convirtió ya en la figura lingüística del follar.

Y así se manifestaba ya en escritos a finales del XIX, como en la obra de teatro de 40 páginas titulada como Don Juan Notorio: burdel en cinco actos y 2000 escándalos. Un tal Ambrosio el de la Carabina dejaba en 1874 por escrito y en varias ocasiones cómo el polvo era el sinónimo del coito. Es por eso que la teoría que hemos definido, y que quedó escrita en 1906 en el Diccionario de argot español de Luis Besset, es la más extendida. En este diccionario encontramos cómo la definición de cohabitar incluye en su interior la descripción “echar un flete, una vaina, un polvo”, y de ahí utilizarían definiciones similares otros diccionarios posteriores.



Fuentes:

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