miércoles, 26 de agosto de 2020

La letra que falta

30 de Mayo de 1988


He manita siento tene que responde tan ta de a tu ca ta, pero no que ía p eocupa te con mis cosas. He tenido un accidente, nada de cuidado, no te p eocupes. Pe o no puedo escribi  ya que llevo el b azo al cabest illo. Con la mano izquierda apenas me apaño, po  lo que sólo se me ha ocu  ido desempolva con g an esfue zo la vieja maquina de escribi , aquella tan antigua que e a de la abuela. Pienso que si voy punteando las teclas aunque sólo sea con un dedo no me costa á tanto  esponde a tus misivas, pues no quie o da  luga  a que pienses que me he mue to o que he desapa ecido, ¡nada más lejos! Es sólo que aún no sé baja  unas simples escale as sin jode me un pa  de huesos. El médico dice que necesita é un mes para  ecupe a me, hasta entonces entiende que no volve é a esc ibi te mas ca tas, mo almente me siento incapaz… además, ya te hab ás dado cuenta de lo incomodo que es lee  esta ca ta, debido a la let a que falta. Sí, no vayas a c ee que me he vuelto ta umba  del golpe. Se t ata de la let a que va después de la q, debió cae se mucho tiempo at ás, en los tiempos en que la abuela fue sec eta ia. Saluda a papá y a mamá, y entiende mi falta de noticias.

Susy.

Pili, hermana de Rosy entendió muy bien la falta de noticias, sólo tuvo que rellenar a bolígrafo los huecos con una “erre”. Nunca hubiera creído que podía echar tanto de menos a su alocada hermana, quien hacía más de seis meses que faltaba de su hogar, pero ni mucho menos que podía añorar tanto la letra que faltaba de la carta. ¡Como de importante podía ser una simple letra!




miércoles, 5 de agosto de 2020

Charlas cósmicas

-Te me estas yendo por las ramas... -la acusó. 
-He resbalado por el agujero negro de la teoría -dijo para hacerse la ocurrente. 
-Sí -asintió él-. Por un agujero supermasivo. 
-Muy académicos nuestros términos, pero tú tampoco entras en materia... 
-Yo soy la antimateria -soltó irónico-: Por eso no entro en ella, estoy sumergido en un agujero negro desde hace tiempo. Suspiró para decir :  -Algún dia saldré, si dios nuestro señor así lo quiere... 
Ella sonrió. 
-Yo soy una onironauta, voy viajando entre estrellas y universos, rescatando cometas errantes y naves perdidas. A veces me encuentro con viajeros cósmicos que me dan la mano y me cuentan sus aventuras más allá de Orion. 
-Guau -silbó cómo rechinando. 
-La poeta lunática -gimió ella por lo bajo, pensando que se había dejado llevar por el momento. 
-La niña interestelar -la bautizó él- la bailarina de las letras y las estrellas.
Y eso le gustó, significaba que ella flotaba en el multiverso, feliz,  extraña a todo, ajena al tiempo o la realidad, sin intuir que galaxia, que mundo, que cosmos, sería el apropiado para una poeta y un soñador. 


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