martes, 2 de agosto de 2011

Memorias de una hippie enamorada


(...)Cuando nos encontramos abrí todas las puertas, las de la percepción, las del amor, las de la libertad, las de la experimentación, las del paraíso, ¡todas!
Huí de casa, preparé un pequeño bolso con cuatro bártulos y nos fugamos. Hicimos dedo para viajar de un lado al otro del país, y él se alegró de dejar de ser un viajero solitario.
Se llamaba Barry Kingston, tenía una larga melena castaña y ojos del color de la almendra, era el chico más perfecto del mundo. Sus labios eran gruesos, deliciosos y carnosos, boca que a veces hablaba de sueños y utopías, de carreteras y marchas forzadas, de naturaleza y política. Había terminado la escuela pero no quería ir a la universidad. Tocaba la guitarra y no se le daba mal, y devoraba libros a una velocidad increíble. Huxley, Blake, Hemingway. Siempre leía para mí, a medianoche, bajo la tienda… Cada párrafo, cada poema, flotaba en el mar de su lengua de forma ondulante…
-"¿No es cierto que se empieza la vida como un dulce niño que cree en todo lo que pasa bajo el techo de su padre? Luego llega el día de la decepción cuando uno se da cuenta de que es desgraciado y miserable pobre y está ciego y desnudo, y con rostro de fantasma dolorido y amargado camina temblando por la pesadilla de la vida."
A veces me hacía leer en voz alta cosas que el mismo había escrito en alguno de sus cuadernos, ¡había tanto talento en sus reflexiones!
Nuestras rutas eran las mismas que la de Kerouac, no nos salíamos del esquema, salvo en ocasiones. Entonces nos encaminábamos a ciertos lugares en donde algunos de nuestros “hermanos” habían creado lo que llamaban comunas, un sitio en donde no había jerarquías, en donde todos éramos iguales, en donde cada individuo podía hacer lo que quisiera, desde dedicarse a la artesanía o la agricultura, como a la música o la escritura. Allí aprendí a hacerme mi propia ropa. No precisábamos mucho dinero, pero me vino bien porque con lo que ganaba en los mercadillos podíamos comprar lo que necesitábamos: libros, comida… A menudo hacíamos intercambios, la ropa que ya no me gustaba o servía valía para hacerme con aquella pulsera o esos zapatos. Fui feliz, aprendí a vivir con poco, con lo justo, y me gustó. Odiábamos el dinero y toda la forma de capitalismo. Allí cambié mi nombre, dejé atrás a Judy Myles con su serio traje de algodón y rescaté a Brisa, con sus pulseras de campanillas y sus flores en el pelo.
Barry tocaba y componía música, yo preparaba la habitación con velas, inciensos, música, algo de mescalina. ¡Cuántas puertas seguían abriéndose! La espiritualidad, la conexión con la tierra y el universo. Una unión de cuerpo, mente y alma.
A veces salíamos de la cabaña a medianoche, completamente desnudos, para bañarnos en la playa bajo la luz de las estrellas. Corríamos hacía la orilla y nos zambullíamos a la vez. Flotábamos un rato, dejándonos llevar al amor de la marea y reíamos a carcajadas, amándonos. (...)
Extracto de una historia que es demasiado larga para poner aquí.

La música de Brisa:




1-Somebody to love- Jefferson Airplane. 2-Box of rain- The Grateful Dead. 3-Blowing in the Wind- Bob Dylan. 4-California dreamin´- The mamas and the papas. 5-Mrs. Robinson- Simon and Garfunkel. 6-House of the rising sun- The Animals. 7-Fortunate son- Creedence Clearwater Revival. 8-Voodoo Child- Jimmy Hendrix.  9-Paint in black- The Rolling Stone. 10-Come on- Janis Joplin. 11-Revolution- The Beatles. 12-An American Prayer- Jim Morrison. 13-My Generation- The Who.


¡Paz!

7 comentarios:

Tatiana Aguilera dijo...

Han pasado los años, y ese estilo de vida ha sido devorado por el consumismo y por las leyes del mercado...Aún así quedamos ilusas que soñamos con vivir con lo básico: una cabaña frente al mar, libros para pensar, vegetales para consumir, rosas para embellecer la existencia, y amor para sentir que la vida es una verdad.
Un besito.

Juli dijo...

me encanto esta historia! quede fascinada! me podrias decir de donde la sacaste? asi puedo leerla entera? muchisimas graciaaaaas!

Ana Bohemia dijo...

Hola Taty, precioso comentario el tuyo, y aunque sea una utopia un poco lejana no estaría mal eso de la cabañita cerca del mar, pero sobre todo del amor para sentir que la vida es una verdad, porque el amor siempre abre todas las puertas inimaginables.
Un beso
:)

Hola Juli, la historia es mía, es un relato de bastantes páginas que hablan deL romance hippie de Judy/Brisa y de su vida en esos años entre 1967 y 1973. Pero gracias por interesarte, quizás mas adelante ponga la continuación.
Un beso, me alegro de que te gustase.
:D

Juli dijo...

wow! sinceramente te admiro! me encanto lo que escribiste, felicitaciones por tan hermoso texto.

Raquel dijo...

Que radical pasar de Judy Miles a Brisa :)
Me ha encantado este peque´ño fragmento y más acompañado por esta selección musical que le va como anillo al dedo.
Sigue escribiendo así, y terminala.
Un beso grande.

Nortiz dijo...

Guau, Ana. Te iba a preguntar si era un fragmento de un texto tuyo, pero ya he leído el comentario en respuesta a Juli. Me ha encantado =) Qué bien escribes, amiga. El nombre de Brisa le va muy bien, y me parece bonito además. Es un gran cambio en su vida. La verdad es que hace bien quedándose con el chico porque piensa que es perfecto y le gusta su forma de expresarse, y su ansía viva por devorar por libros, jaja. Está bien :)
Me gusta que se hiciera su propia ropa y que en vez de tirarla cuando ya no le valía, hiciera intercambios y pudiera servir a más personas.
"La espiritualidad, la conexión con la tierra y el universo. Una unión de cuerpo, mente y alma".
Como curiosidad te diré que la "novia" de Yogui, el perro de Carolina que os enseñé en una entrada, también se llama Brisa. Digo "novia" porque nunca tendrán pequeños porque no les dejan... porque al haber pocos perros de esa raza, hacen cruces entre hermanos y luego salen con problemas... y ellos tienen alguno por esa razón, y sus hijos también tendrían esos problemas.
Luego me paso a escuchar las canciones y a por la última entrada, que esta entre unas cosas y otras no la vi en su momento. Un beso :)

Ana Bohemia dijo...

Gracias Juli, estoy encantada con tu respuesta a mi relato, eso si que me alienta a seguir escribiendo. Un beso
:D

Hola Raque, ya la acabaré, sólo me he estancado un poquillo, jaja, tengo tanto en mente, pero sí, la historia de Brisa merece un final.
Las canciones son geniales, ¿verdad?
Un beso
:)

Hola Natalia, muchas gracias, un placer que te haya gustado mi relato. Una brisa nueva para la vida de Judy, jaja, por eso le cambié el nombre. Y sí, a mí también me parece un nombre muy bonito.
Pobres perritos, nunca tendrán hijitos, pero bueno, si es una medida que tienen que se le va a hacer, ¿no?
Un abrazo
:)

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