Su tacto es frío pero acariciador, como
el terciopelo y el hielo. Sus labios muertos provocan escalofríos tan profundos
que todo se paraliza, los segundos, las estaciones, el correr de la vida, la
sangre que fluye por las venas… Mecida entre sus brazos ya no importa la vida o
la muerte, no importa el tiempo. Todo es eterno, intenso, indestructible… igual
que sus labios fríos. La vida se vuelve sueño, y todo cae, el mundo cae, es una
burbuja que flota, una pompa de jabón que se eleva y te eleva, y te transporta,
te lleva lejos, a una dimensión dónde las formas no existen, dónde la materia
es sólo energía, dónde no hay aliento, ni cuerpo, dónde el alma es infinita,
absoluta, inmortal. ¿Así es el amor que traspasa la muerte? ¿El “para siempre”
del que hablaban? Juró quererte en la vida y en la muerte. Juró estar contigo.
Juró que nunca te abandonaría. Sólo está cumpliendo su promesa.
Hoy me toca hablar de los fantasmas, apariciones,
espíritus o almas desencarnadas que se manifiestan entre los vivos. Quienes
dicen haberlos visto los describen como siluetas o sombras monocromas, oscuras
o blanquecinas, más bien difuminadas, nebulosas o antropomórficas, de carácter
inmaterial y trasparentes, que flotan y pueden no estar completas o no tener
rasgos definidos ni rostro; pero también y más raramente aparecen opacos, de
cuerpo entero y con apariencia humana normal, a veces también como esferas de
luz u orbes.
Su existencia no se ha demostrado a
ciencia cierta, normalmente se les confunde con motas de polvo, insectos o
ilusiones ópticas producidas por retrodispersión, pareidolia, apofenia o
cualquier otro prejuicio cognitivo.
Los fantasmas también utilizan otros
medios para dejarse notar: aromas penetrantes, golpes, ruidos (generalmente
pasos), música o voces… incluso un descenso de la temperatura antes de alguna manifestación
sensible.
A pesar de estos fenómenos muy pocas
veces han sido cazados. Existen algunas grabaciones y fotografías (incluso
hasta termográficas) pero sobre ellas pesa la duda del fraude o la
falsificación.
Sea como sea la imagen del fantasma es
muy importante en la cultura popular, forma parte del folclore de muchas
culturas. Abundan las leyendas, los cuentos, los relatos, los mitos. Muchos clarividentes, médiums, ashanes o chamanes se
han nutrido de ellos. Tanto así que hay fantasmas muy famosos como “El holandés
errante”, la “Dama gris” o el fantasma de Elvis.
Si tengo que elegir me quedo con los
fantasmas literarios, como “El jinete sin cabeza”, “El fantasma de Canterville”,
“Hamlet”, “El fantasma de la Ópera” y los fantasmas cinéfilos, como Beetlejuice,
Myrtle la llorona o Sam Wheat.
¿Y tú, crees en los fantasmas?
Te dejo un vídeo con mis escenas
favoritas con fantasmas, que lo disfrutes…
4 comentarios:
En esta época está muy acertado hablar de fantasma (lo digo por Halloween). Yo si creo que existen, aunque no he visto ninguno. Saludos
Pues... supongo que haberlos, "hailos". Pueden ser muchos tipos de presencias... más o menos ausentes. Me gusta el fantasma del padre de Hamlet porque es como un mensajero del más allá.
Por cierto, si te gustan las historias clásicas de fantasmas te recomiendo "La cumbre escarlata". Hay influencias de Conan Doyle, Poe y Montagu Rodes para que las disfruten los amantes del género.
Saludos!
Borgo.
Nunca he visto ninguno, pero yo creo que existen o quiero creerlo.
Fantástico el vídeo con los fantasmas cinéfilos, muy elaborado y al que no le falta ninguno.
Un besito.
Hola Ana, yo quiero creer que existen pero tengo mis dudas, supongo que me aterraría ver a uno en persona, me impresionaría.
Gracias por visitar mi blog.
:D
Hola Miquel, me gustaría pensar que hay fantasmas que son así, como el padre de Hamlet, pero queda mejor en la literatura que en la vida real, pero ¿quién sabe?
Me llama la atención esa película, ya la tenía fichada, pero si me la recomiendas con mas razón, me encanta ese género aunque a veces lo paso muy mal, jeje.
Saludos
:D
Hola Montse, ya somos dos la que queremos creerlo. Me alegra que te haya gustado el vídeo, me entretuvo mucho hacerlo.
Besotes
:D
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