martes, 2 de julio de 2013

+8 claves para ser positiv@


El otro día caí en el dramatismo más absurdo. Yo misma me hundí en la trampa del victimismo y del dolor gratuito sin entender que así no estaba arreglando nada del problema.
¿Por qué? ¿Qué me pasó?
No lo sé, pero no me gustó.
Desperté de golpe del trance, y comprendí (muy a mi pesar) que me he vuelto una pesimista, una de esas de las que en el pasado rehuía: una agorera.
Vale, sí, quise convencerme a mi misma de que esa explosión se debía al aburrimiento de ir nadando siempre a contra corriente, de que a veces la ilusión se distraiga y se esconda por ahí, a desmano, en un rinconcito sombrío sin luz.   
En fin, ¿de qué me sirvió justificarme? ¿De qué me vale hacer eso?
No tengo defensa, no hay alegato ni justificación que valga, por que sé, que si le abro la puerta al pesimismo puede que venga con maletas y quiera instalarse para siempre… ¡y mejor que no!
¿Qué hice? ¿Qué podía hacer?
Salí, miré a las estrellas, respiré, pensé en la edad del mundo, en todo lo que ha visto, en como todo cambia, en como las cosas pasan, vienen, van y tienen un tiempo, un momento… en como los problemas se vuelven insignificantes cuando los observamos con distancia. Y en como de repente las soluciones aparecen.
Vale, entré, busqué un folio, un bolígrafo y escribí:
“A veces hay que aceptar en la vida los fracasos, las derrotas, los chascos y las decepciones como parte del duro trance que supone crecer y madurar. Cuando la vida se pone difícil y todo parece ir a la contra, uno puede hacer varias cosas: jurar, maldecir, pensar que está escrito y echarle la culpa al destino… o puedes hacer algo distinto. Puedes rebelarte y corregirlo porque nada es definitivo, porque nada está escrito, porque la vida, ¡el triunfo!, es para los que perseveran, para los que no se rinden, para los que no se compadecen a si mismos”.
Yo prefería ser de ese grupo de personas optimistas y positivas que saben ponerse el mundo por montera superándose a si mismos. Recordé que solía pensar de esa manera, con tranquilidad, esperanza, con algo de ingenuidad pero con convicción. Recordé que si te rindes si que estas perdido.
Pensé en cómo podría reforzar mi optimismo y encontré algunas claves que me ayudaron, y que hoy comparto.

Nunca pierdas las ganas de pensar en positivo, invierte todo lo que parezca mal o que no tiene solución.
No hay que generalizar a partir de algunas experiencias negativas que podamos tener en ciertos ámbitos de nuestra vida. Debemos aceptar que podemos haber tenido fallos en ciertos aspectos, pero esto no quiere decir que en general y en todos los aspectos de nuestra vida seamos “desastrosos”.

En conexión con lo anterior, debemos acostumbrarnos a observar las características buenas que tenemos. Todos tenemos algo bueno de lo cual podemos sentirnos orgullosos, debemos apreciarlo y tenerlo en cuenta cuando nos evaluemos a nosotros mismos.

Una forma de mejorar nuestra imagen con ese “observar lo bueno” consiste en hacernos conscientes de los logros o éxitos que tuvimos en el pasado e intentar tener nuevos éxitos en el futuro.
Debemos reconocer en nosotros mismos la capacidad de hacer cosas bien en determinados ámbitos de nuestra vida, debemos esforzarnos por lograr los éxitos que deseamos para el futuro.

 
 
Todas las personas somos diferentes, todos tenemos cualidades positivas y negativas. Aunque nos veamos “peores” que otros en algunas cuestiones, seguramente seamos “mejores” en otras; por tanto, no tiene sentido que nos comparemos ni que nos sintamos inferiores a otras personas.

Confiar en nosotros mismos, en nuestras capacidades y en nuestras opiniones. Actuar siempre de acuerdo a lo que pensamos y sentimos. Sin preocupaciones excesivamente por la aprobación de los demás.

Es fundamental que siempre nos aceptemos. Debemos aceptar que, con nuestras cualidades y defectos, somos, ante todo, personas importantes y valiosas.

Una buena forma de mejorar nuestra autoestima es tratar de superarnos en aquellos aspectos de nosotros mismos con los que no estemos satisfechos, cambiar esos aspectos que deseamos mejorar. Para ello es útil que identifiquemos qué es lo que nos gustaría cambiar de nosotros mismos o qué nos gustaría lograr, luego debemos establecer metas a conseguir y esforzarnos por llevar a cabo esos cambios.

5 comentarios:

lopillas dijo...

Probablemente influya que además del plano personal, contamos con el ambiente negativo que nos rodea a diario en estos tiempos que corren. Por eso hay que estar más alerta ante los bajones y ponerse el mundo por montera a la primera que nos notemos caer. Si hace falta pidiendo ayuda incluso.
Te envío unas chispitas de luz y un besote bien grande :)

roberto dijo...

Ana, hay días que nos levantamos y lo primero que escuchamos son las noticias, nunca buenas todo mal ; pareciera que las buenas no son noticias, ya empezamos mal, luego en la calle nunca falta el agorero y así de a poco nos van colmando de negatividades, sé que no podemos vivir en una burbuja de felicidad, pero si podemos lograr las pequeñas cosas que nos reconfortan y transformarlas en grandes logros, sin hacer oidos sordos a lo que realmente hay que mejorar.

Un abrazo.

Ana Bohemia dijo...

Hola lopillas, el ambiente influye mucho, por suerte he cambiado las energías, en feng sui o como sea, y como dices al primer bajón me he propuesto decir, quieto parao, venga, vamos a buscar lo positivo en lo negativo, la salida en el callejón, el pensamiento refuerza la idea y ayuda, ahí voy.
Gracias por tus chispitas de luz, me han iluminado...
Un beso
:D

Hola Roberto, muchas gracias por tu comentario, por tu buena onda, por esa energía con la que me voy a hacer un abrigo grande. El pesimismo nos hace agoreros, nos ahoga, estalla la burbuja, y siempre nos amarga, ¡y no hay necesidad! Estoy aprendiendo.
Un abrazo grande
:D

Anónimo dijo...

¡Definitivamente me encantas, amiga!
Aprendo de ti y me lo aplico. Así tengo menos probabilidades de caer en depresión.
Gracias por existir y por escribir. Nunca dejes de hacerlo.
Abrazos:
Carol

Ana Bohemia dijo...

Hola Carol, gracias a ti de corazón por esa energía que me haces llegar que siempre es tan amable y positiva, ¡así da gusto!
Bueno a veces olvidamos que tenemos salidas, que la vida es rosa si queremos, que aunque las luces se apaguen de vez en cuando siempre se puede cambiar la bombilla, que tenemos que conservar el mejor de los espiritus para atraer lo mejor del universo, que si crees te llega, pero que si te empeñas, y te esfuerzas, es cuando consigues ese trocito de felicidad que crees que se escapa cuando no es así.
Supongo que a veces se te olvida y tienes que recordartelo. Pienso que esta bien leer esta lista de vez en cuando, sobre todo cuando te distraes de esta idea de ser positivo.
Perdona el rollazo, jeje.
Un abrazo grande
:D

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