Varsovia, 1942
Los nazis arrasan Europa.
Solamente los sueños de algunos niños consiguen huir.
Una vez me escapé de un orfanato para encontrar a Mamá y a Papá.
Una vez salvé a una niña llamada Zelda de un incendio.
Una vez hice reír a un nazi con dolor de muelas.
Me llamo Félix.
Ésta es mi historia.
Morris Gleitzman (Inglaterra, 1953) decidió ser escritor a los siete años. A Los dieciséis, emigró a Australia, donde estudió Periodismo y trabajó durante diez años como guionista de televisión. Además de por sus colaboraciones en la prensa, destaca por su faceta de humorista y es autor de más de una veintena de libros que han tenido una enorme repercusión en el mundo anglosajón.
El secreto de este autor, según la critica, es su habilidad para mezclar los sentimientos y los conflictos afectivos dentro de situaciones caóticas, aderezados con unos brillantísimos diálogos.
Gleitzman, uno de los mayores expertos en literatura infantil en lengua inglesa, realiza con Una vez su primera incursión en la narrativa para adultos, que continuará con la publicación de la segunda parte de esta historia, cuyo titulo es Entonces.
UNA VEZ
Morris Gleitzman
“Todo el mundo merece que le ocurra algo bueno en su vida. Al menos una vez.”
Esta frase me conquistó, por eso no perdí tiempo en ir a buscarlo a la biblioteca. No sabía nada más salvo lo que insinuaba la sinopsis del libro, pero tuve un presentimiento… y no me equivoqué. Intuía que aquella historia iba a merecer la pena.
Esa noche afronté la lectura con ganas y me lo terminé emocionada pero al mismo tiempo embargada por la necesidad de leer la continuación. ¡Se me hizo tan corto! Pero es que “Una vez” forma parte de una trilogía, uno de esos trucos de los autores para aumentar sus ventas y mantenernos enganchados, y eso que este apenas tiene 158 páginas que dicho sea de paso se leen de un tirón.
Mi impresión ha sido muy positiva. Tiene cierto parecido con otros libros de temática similar, como por ejemplo “El niño con el pijama de rayas” pero en mi opinión este le supera en ternura e inocencia.
El protagonista es Félix, un niño judío de diez años que lleva tres en un orfanato católico para huérfanos. Durante ese tiempo ha estado esperando a que sus padres -que no sabe si están vivos o muertos- vuelvan a buscarlo para regresar a su plácida vida, regentando la tranquila librería familiar.
Un día ve a unos nazis quemando libros judíos en el patio del orfanato y entiende que algo raro esta sucediendo. ¿Por qué los nazis odian los libros judíos?, se pregunta, ¿por qué hacen sufrir a toda esta gente sólo por eso? El niño decide escaparse y buscar a sus padres él mismo.
El camino de regreso a su casa estará lleno de desventuras y peligros, decepción e incomprensión. También conocerá a otros niños y personas, otras historias, y salvará a una niña de un incendio, Zelda, quien se convertirá en su incansable compañera de fatigas, la que lo sabe todo porque él no sabe nada...
El niño te cautivará por su candor, por su incomprensión sobre lo que está sucediendo en su mundo, por el horror que ve y la injusticia que el odio provoca en los humanos y de la que él es testigo sin entender la dimensión real de un mundo cruel que maltrata a otros por cuestiones que se escapan a su razón...
La única manera que tiene Félix de escapar de la sordidez es refugiarse en su imaginación, poderoso tesoro, en su facilidad para crear y contar surrealistas y divertidas historias.
Hacía el final se adivina el rápido viaje a la madurez con la que Félix se tendrá que enfrentar y como empezará a ver al mundo con unos ojos un poco mas adultos.
Estoy impaciente por leerme la segunda y la tercera parte, por saber el desenlace de la historia y compartir con él todo lo bueno de su vida, que no tengo duda, le llegará.
Recomendado.
(…) “Estoy aturdido, paralizado. Me han disparado. Ese soldado me ha disparado. El silbido de una bala ha pasado tan cerca de mi cabeza que todavía tengo el zumbido en mi oído.
Me recuesto y me tumbo lo más horizontal que puedo, no vaya a ser que otro soldado decida probar también.
Ninguno de ellos lo hace. Vuelvo a respirar. Ha debido de ser un accidente. Con el bote del camión ha debido de dispararse el arma.
Me viene otra cosa a la cabeza.
Ese pobre soldado. Esta noche a la hora de cenar en los barracones apenas podrá probar bocado de lo triste que se sentirá. Lo único que quería hacer era gastar una pequeña broma y ahora no podrá quitarse de la cabeza que ha disparado a un niño inocente.
Salto sobre mis pies y agito mi sombrero para llamar la atención del camión, que desaparece carretera abajo.
-No se preocupe –grito-. Estoy bien.
Pero el camión se ha desvanecido entre la nube de polvo que ha levantado la primera camioneta, por lo que el soldado no me ve, y tampoco me lleva con ellos.
Menuda mala suerte.
Para mí y para él.”
Fuentes:
Kailas Ficción.
Lecturalia.
Google imágenes.
5 comentarios:
Precioso blog, esta genial!!
Te invito al mio
Feliz navidad!!
<3
EvY
Hola Evy LO, agradecida por tu visita. Vuelve si te apetece.
¡¡Feliz Navidad!!
:D
Gracias por la sugerencia Ana, tiene una pinta estupenda, ya sólo al empezar a leer las primeras lineas te atrapa, si lo encuentro en mi biblioteca más cercana lo cogeré.
Y aprovecho tu entrada para desearte una estupenda y muy Feliz Navidad y que en el próximo año 2013 se cumplan todos tus sueños y proyectos.
Un beso y un abrazo muy fuerte,
Hola Nieves, encantada. Te atrapará, es una historia tierna, corta, que pone la sensibilidad a prueba.
Muchas gracias por los buenos deseos de Navidad, los voy a guardar fuertemente con la esperanza de que se cumplan. Yo también espero que el 2013 sea un buen año para ti, de corazón.
Un beso y otro abrazo grande
;)
La verdad es que a mi también me conquistó, por su ternura, por ese mundo ingenuo aún siendo tan sórdido que rodea a el niño, por su frescura y por crear una atmósfera emocionante. Un libro pequeñito pero grande.
Espero leer las continuación pronto.
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