martes, 14 de febrero de 2012

Amores del viejo Hollywood


Frank Sinatra y Ava Gardner (1951-1957):
La primera vez que Sinatra vio a Ava Gardner fue en 1942, en un club al que ella acudió con su marido de entonces, Mickey Rooney.  Sinatra estaba en lo más alto de su carrera como cantante y Ava estaba comenzando la suya como actriz.
Cuentan que durante aquella actuación, mientras iba cantando entre las mesas, se paró al llegar a la de la pareja y le dijo a Ava:
-¿Por qué no te conocí antes que Mickey? Ahora estarías casada conmigo.
Todo el mundo incluido Rooney se lo tomaron como una broma, una broma que años después se haría realidad.
En 1949 vuelven a coincidir, la pasión entre ellos no se puede disimular. Es entonces cuando la prensa descubre su relación y la propaga a los cuatro vientos. En un primer momento toman el “desliz” de Frank (él estaba casado) como un pecadillo pasajero, mientras que acusan a Ava de robamaridos y mujer ligera de cascos, llegando a recibir miles de cartas de amenazas.
Es la mujer de Sinatra la que toma la iniciativa separándose, consiguiendo la pareja el ansiado matrimonio en 1951. Sin embargo a Frank no le saldría gratis; sus fans católicas dejan de comprar sus discos por el divorcio y cuando decide volver a cantar, le rechazan en dos compañías discográficas.

La relación de ambos fue extraordinariamente problemática. Profundamente enamorados uno del otro, con una carga erótica muy palpable, el choque de caracteres destruyó la relación. Sinatra sufrió en sus propias carnes lo mismo que había sufrido su primera mujer por sus infidelidades: Ava Gardner no solo era una actriz inmensamente popular sino que su belleza y deseo sexual eran harto conocidos; plagada de celos, peleas violentas, borracheras de uno y del otro, e incluso intentos de suicidio por parte de Sinatra, la relación se fue al traste con dos abortos de ella por el medio. El 27 de octubre de 1953 decidieron separarse, provocando una tercera intentona de suicidio que fue impedida por un amigo del cantante. No obstante continuarían juntos algunos años mas, hasta 1957. Sinatra si que superaría estos seis tormentosos años de relación, pues llegaría a casarse en dos ocasiones mas. Ava renunciaría a casarse de nuevo. Se cuenta que aún en su vejez, escuchaba en su casa los discos de Frank, el amor de su vida, quizá añorando los momentos apasionados de una relación que hizo correr ríos de tinta.



Marilyn Monroe y  Joe DiMaggio (1954):
Su matrimonio sólo duró 9 meses, pero sería una relación que los marcaría.
Se casaron en Enero de 1954, ella contaba con 27 años y él tenía 39, la ceremonia fue todo un acontecimiento mediático, puesto que se unían dos de los personajes más populares de los Estados Unidos. Para celebrar su luna de miel decidieron irse a Tokio, no fue idea suya. Un general del ejército norteamericano le pidió a ella que, en un gesto patriótico, fuera a visitar a las tropas americanas que se encontraban en Corea. La actriz le consultó a Joe con la mirada y éste, encogiendo los hombros respondió: "Es tu luna de miel hazlo si quieres". De esta manera Marilyn apareció ante 100,000 mil soldados, con el único cometido de alegrarles la vista.
Se cuenta que DiMaggio era profundamente celoso, le disgustaba verla en papeles demasiado atrevidos y sexuales y aún cuando aceptaba que fuera actriz, tenía una pobre opinión de la industria del celuloide porque sentía que la explotaba.
Tan celoso era, que dejó de hablarse con Frank Sinatra, su gran amigo de toda la vida, por el mero hecho de que se había mostrado muy amistoso con Marilyn. El mismo trató recibieron Dean Martin, Peter Lawford y su ex mujer Pat, quien ofreció una fiesta en la que Marilyn y Robert Kennedy se conocieron.

Cuando DiMaggio presenció aquella famosa escena en la que a Marilyn se le levantaba la falda sobre un respiradero del metro de Nueva York ante una multitud de curiosos que presenciaban la filmación, decidió que ya era suficiente y pensó en el divorcio. Ya había notables diferencias en temperamentos, gustos y estilos de vida entre ambos, como para seguir viviendo bajo el mismo techo. Un juez declaró nulo el matrimonio. Marilyn se hundió en la depresión. Él había declarado que la amaba más que a nadie, pero que era incapaz de seguir viviendo a su lado sabiendo que la exponían como carne en un mercado.
DiMaggio siempre tuvo esperanzas de volver a estar con Marilyn. Sin embargo, el suicidio o asesinato de Marilyn tronchó las esperanzas del beisbolista. En un último ataque de celos de DiMaggio prohibió que los Lawford, Sinatra y otras personalidades de Hollywood que asistieran al entierro.
Después de su muerte, durante un lapso de 20 años, DiMaggio le estuvo mandando rosas rojas a su tumba dos veces por semana, pero dejó de hacerlo cuando se hizo público por la prensa. Un hecho que sugiere, sin duda alguna, la verdadera profundidad de los sentimientos hacia Marilyn Monroe.


Laurence Olivier y Vivien Leigh (1940-1960):
Parecían una pareja perfecta: el gran actor y la bella rosa inglesa. Pero ella sufría fuertes crisis depresivas y él era indiferente,.
Se conocieron tras una función en el teatro Lyric, ambos se enamoraron y formaron pareja artística. Se casaron en 1940 después del divorcio de sus respectivas parejas y tuvieron una sencilla ceremonia.
Laurence, conocido por su gran ambición, padecía devastadores celos profesionales. Consiguió que la carrera cinematográfica de Jill Esmond, su primera esposa, se frustrara desde el principio. Con el éxito de Lo que el viento se llevó, Vivien Leigh se convirtió en la actriz más famosa del momento. La gota que colmó el vaso fue que ella ganara el Oscar por su interpretación de Scarlett O´Hara, mientras él lo perdía por su rol de Heathcliff en Cumbres borrascosas. La noche de los Oscar, ella fue muy cuidadosa. Mientras posaba para las fotos junto a Selznick, Leigh sostuvo el trofeo en alto, pero cuando posó con Olivier, lo dejó a un lado y se sentó sobre las rodillas de su esposo.

Desde el principio, Olivier y Vivien tuvieron largas separaciones por exigencias profesionales, en ciudades diferentes y países diferentes. Él tuvo aventuras, ella también, la convivencia no era sencilla en parte debido al trastorno bipolar de Vivien. Las crisis temperamentales de la actriz la mantuvieron algo alejada del cine, pero el matrimonio siguió a trompicones durante un largo tiempo, hasta el inevitable divorcio en 1960. Él volvería a casarse. Ella se instalaría junto al también actor John Merivale con quien mantendría una relación sentimental hasta el día de su muerte, ocurrida la noche del 7 de julio de 1967. Vivien fue hallada muerta por Merivale, quien rápidamente llamó a Laurence Olivier. Éste —según los artículos de la época— fue el más afectado por la muerte de Leigh. Al morir Vivien, Laurence se encontraba en un hospital, pero al ser avisado de la noticia pidió el alta voluntaria y acudió inmediatamente al lado de Vivien. Él mismo relata en sus memorias, que permaneció junto a ella a solas «pidiéndose perdón por todo el daño que se habían hecho».
El biógrafo de Olivier, Anthony Holden, relató que alguien que visitó al actor en 1986, lo encontró llorando mientras veía un viejo film de Vivien por televisión, y diciendo: "Esto era amor. Verdadero amor". Le había llevado 50 años darse cuenta que Vivien era el gran amor de su vida.


Orson Welles y Rita Hayworth (1943-1948):
Años después de que se separaran, Rita Hayworth describió su matrimonio con Orson Welles como: «El tiempo de la dicha» Este, al enterarse, comentó a sus amigos con voz sombría: «Si aquello fue la felicidad, imaginad lo que habrá sido para ella el resto de su vida».
El cineasta y la actriz se conocieron cuando éste comentó a sus amigos que pretendía conocer a la mujer más bella del mundo -el director de ciudadano Kane se había enamorado al verla en la portada de la revista Life- sus amigos lo tomaron a broma, sin embargo, tal era la obsesión de Orson por la estrella, que  su amigo Joseph Cotten organizó una fiesta para presentársela. Rita se asustó, pensó que era una broma, pues Orson Welles tenía fama de genio y ella casi no había ido a la escuela. Pero aún así se conocieron. Se dice que ella trató a Welles con total indiferencia, rechazando sus coqueteos, pero que este no se dio por vencido y comenzó a llamarla por teléfono cada día durante cinco semanas, hasta que al final, no se sabe si por curiosidad o por cansancio, Rita aceptó cenar con él. Al tratarla más íntimamente, Orson se dio cuenta inmediatamente que la imagen sensual e impactante que la actriz proyectaba, no era mas que fachada, y que delante de él tenía a una muchacha vulnerable y sencilla.

Se casaron en 1943 y tuvieron una hija que el director no deseaba: Rebecca. Durante los años de su matrimonio, Rita rodaría la película que lanzaría definitivamente al estrellato más absoluto: “Gilda” y que terminaría marcando su vida y su carrera. “Nunca hubo una mujer como Gilda”, decía la publicidad del film. Lo malo es que Margarita no se parecía a Rita y, menos aún, a Gilda. “Era mucho más guapa sin maquillaje”, comentaría Welles, por entonces.
La falta de interés hacia su hija y las infidelidades y desprecios del actor, quien debido a su brillante inteligencia, no perdía la ocasión de humillar a la pobre Rita, terminaron acabando con su matrimonio.
Aunque ella se casó en 5 ocasiones, (entre ellas con el príncipe Alí Khan), Orson Welles fue para ella el gran amor de su vida, le había confesado a Orson los dos secretos que más la avergonzaban de su vida: que su padre abusaba de ella cuando era niña y que odiaba ser actriz.
Tras su divorcio y después de intentarlo en varias ocasiones más, Rita Hayworth definiría en una entrevista su vida amorosa con una sola y patética frase que ya es leyenda:
“Que le vamos a hacer, los hombres que conozco se acuestan con Gilda pero se levantan conmigo”.


Elizabeth Taylor y Richard Burton (1964-1974) (1975-1976):
Ambos estaban casados cuando se conocieron durante el rodaje de Cleopatra, pero la pasión que surgió entre los dos, hizo que ni eso ni nada les impidiera intentar compartir una vida juntos.
Elizabeth Taylor llegó a contraer matrimonio ocho veces, dos de ellas con el mismo hombre: Richard Burton, el que, a pesar de las numerosas peleas y problemas con el alcohol, fue el amor de su vida.
Fue en 1962, durante el rodaje de 'Cleopatra', cuando los dos se conocieron.  Su romance fue criticado hasta la saciedad por la prensa y por la Iglesia católica ya que ambos estaban casados. Aún así, la pareja contrajo matrimonio dos años después. Sus constantes discusiones, su carácter borrascoso y sus polémicas declaraciones fueron la causa de grandes escándalos. Ríos de tinta corrieron desde el inicio de la publicitada película, hasta su divorcio en 1974, su reconciliación en 1975 y su nuevo divorcio en 1976.
La pareja se amó y se odió con pasión. Burton intentó que el amor triunfase regalándole joyas, como el diamante amarillo 'Krupp', la 'Perla Peregrina' y el diamante de 69 quilates conocido como Taylor-Burton que costó 1,2 millones de dólares. Pero aún así su matrimonio se rompió.

Fuentes cercanas aseguraban que su relación estaba plagada de peleas, discusiones y alcoholismo.
"Si me dejas, tendré que matarme. No hay vida sin ti", escribió el actor en una de las cartas que Taylor publicaría en la prensa años después.
Hace años la actriz reveló que recibió una carta final, enviada tres días antes de la súbita muerte de Richard Burton a causa de una hemorragia cerebral el 5 de agosto de 1984. Aquel escrito esperaba a Elizabeth Taylor en su casa de Los Ángeles cuando regresó del funeral de su ex marido en Suiza, y, según confiesa la actriz, aún estaba guardada en su mesilla. En ella, Burton le pedía una nueva oportunidad, admitiendo que era mucho más feliz cuando vivía con ella y que quería "volver a casa".
Taylor siempre reconoció que Burton fue el amor de su vida. "Richard era magnífico en todo el sentido de la palabra. Y en todo lo que hacía. Desde los primeros momentos en Roma estuvimos siempre loca y poderosamente enamorados. Tuvimos tiempo, pero no el suficiente".


Spencer Tracy y Katharine Hepburn (1941–1967):
Rebeldes dentro y fuera de la pantalla, su energía era un grito de vitalidad allá por donde iban. Cuando se conocieron las circunstancias no eran las más idóneas –él estaba casado-, pero algo les dijo que estaban hechos el uno para el otro y se lanzaron a la aventura de amarse sin trabas.
Todo comenzó cuando Katharine Hepburn, ya una estrella de gran carácter, exigió a la Metro a Spencer Tracy como pareja para rodar La mujer del año. Cuando ella le vio, frente a frente, en el estudio, no pudo menos que exclamar: “Me parece señor Tracy que usted es demasiado bajito para mí”. Spencer, sin apenas pestañear, le respondió ágil: “No se preocupe. La rebajaré hasta dejarla a mi altura”. Esta anécdota define el sentido del humor e ironía que aplicaron también a sus personajes. Las nueve películas que rodaron juntos no fue más que un duelo por ofrecerse planos, por regalarse protagonismo. Cuando Katharine Hepburn recogió el Oscar por su papel en Adivina quién viene esta noche, dijo emocionada: “Siento como si se lo hubiera robado a Spencer”. Él murió, tres semanas después de que culminara el rodaje de esta película.

Su relación nunca fue sencilla y siempre fue observada y seguida por los tabloides de la época. Tracy era un hombre muy tradicional, estaba casado y sus convicciones católicas le impidieron divorciarse de su mujer, además su esposa padecía una enfermedad de la que el actor se sentía responsable. Hepburn que estaba divorciada, ya había tenido alguna sonada relación con gente como el director Howard Hughes. Pero, a pesar de todas estas diferencias, estuvieron juntos durante veinticinco años.
Durante un tiempo mantuvieron residencias separadas y en general no llegaban juntos a los actos sociales. Spencer nunca se divorció  pero aún así vivió una apasionada historia de amor con Katharine. Ella le cuidó durante sus últimos años de vida, ella soportó la adicción al alcohol de Spencer y ella lidió con sus bajones profesionales. Él la adoraba, pero nunca pudo estar sólo con ella. "¿Qué podía hacer? Le amaba y lo único que quería era estar con él", dijo en una ocasión Katharine.
Nombrados por la “Royal Society of Chemistry británica” como la pareja con más química -pasando por encima de otras reales y de ficción como Lauren Bacall y Humphrey Bogart- Kate y Spencer se regalaron 25 años de profundo amor y respeto.

¡Feliz San Valentín!

Fuentes:
Plumasdecaballo.com/tag/parejas-de-cine-clasico
1800beisbol.com/baseball/Deportes/Deportes/Joe_DiMaggio_y_Marilyn_Monroe.
Terra.com/deportes/articulo.
Lanacion.com.ar/212948-testimonios-de-un-amor-laurence-olivier-y-vivien-leigh
Yamelose.com/espectaculos/rita-hayworth-y-orson-welles-la-bella-y-el-genio.
Europapress.es/chance/gente/noticia-elizabeth-taylor-richard-burton-amor-eterno-surgio-cleopatra-
Historiayamantes.blogspot.com/2008/10/rebeldes-dentro-y-fuera-de-la-pantalla.
Clasicosis.com/16-parejas-parejas/23-parejas-de-cine-katherine-hepburn-y-spencer-tracy.
Wikipedia. Google imágenes.
Música:
I will always love you - Whitney Houston.
Me cuesta tanto olvidarte – Mecano.

6 comentarios:

Raquel dijo...

Parejas legendarias todas ellas, y es curioso pero todas estaban casadas con otras personas cuando encontraron el amor de su vidas. Tengo debilidad por Spencer y Kate, no lo puedo evitar, pero la pareja de Richard Burton y Elizabeth desprendía algo, una quimica impresionante.
Leyendo estas vidas queda claro que el amor no es nada facil, y que muchas veces no sabemos apreciar lo que tenemos hasta que lo perdemos.
Gran entrada, Anita.
Besos :)

Prometeo dijo...

Grandes parejas, toda un histoira no exenta de rupturas y probnlemas; me quedo, sobre todo, con la aventura de la vida de Kate y Tracy, me conmueve...un abrazo.

Ana Bohemia dijo...

Hola Raque, yo también tengo debilidad por Spencer y Kate, sobre todo por su quimica.
Richard y Elizabeth son de esos que ni contigo ni sin ti...
Pues si, parece que no se acierta a la primera y que muchas veces no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos.
Gracias por tus palabras
Besos mil
;)

Hola Prometeo, ya veo que todos coincidimos con nuestras parejas favoritas, debe ser porque ciertamente desprendian amor y admiración.
Un abrazo
:)

Anónimo dijo...

Hola Ana:
Llego tarde, pero he venido, si es que se llega tarde a un post.
Me ha encantado, pues no sabía nada de ellos, exceptuando el de Elizabeth Taylor y Burton.
Gracias por ser tan original, Ana.
Saludos.

MEN dijo...

La vida nos da nos quita y nos atormenta. Es increíble ver como siempre se repite la misma historia. Lo que esta claro es que el amor es el motor de la vida y cuando lo sientes eres capaz de hacer lo que sea por conservarlo y eso que antes lo tenían mucho mas difícil. Un bessito

Ana Bohemia dijo...

Hola Nicole, por supuesto que no se llega tarde, jaja, se llega cuando se llega, que dijo alguien.
Gracias a ti por tus visitas y tus cariñosos comentarios.
Me alegro de haberte acercado un poquito a estos artistas y sus amores.
Saludos
:D

Hola Men, pues ante esa frase ¿que decir yo? que si, que el amor es el motor de la vida y que no hay que descuidar combustible del que se alimenta el amor...
Un beso
;)

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