¿En serio te crees que conoces el cuento?... Pues de eso nada, ¡monada! Porque son mucho más sangrientos, sádicos, macabros y violentos de lo que podrías imaginar. ¿No me crees?
Aquí tienes los verdaderos cuentos y sus auténticos finales:
Blancanieves: Una vez casada con su príncipe, la joven prepara la venganza contra la perversa reina por intentar asesinarla: "Habían puesto ya al fuego unas zapatillas de hierro y estaban incandescentes. Tomándolas con tenazas, la obligaron a ponérselas, y hubo de bailar con ellas hasta que cayó muerta"
Y así es como pasa a mejor vida la malvada madrastra, calzada con unas ardientes zapatillas de hierro al rojo vivo. ¡Que dolor!
Pulgarcito: Cómo no tienen dinero para mantener a sus siete hijos, los leñadores deciden abandonarlos. Pulgarcito escucha el plan e idea una estrategia para volver. Viéndose nuevamente abandonados por sus padres en el bosque, los pobrecitos deciden pedir ayuda en la casa de unos Ogros. Pero (¡que se podía esperar!) en vez de echarles una mano la mujer Ogro decide comerse a los siete hermanos, los que justamente coinciden en número con las hijas del ogro. Estas últimas, duermen con coronas en la cabeza, por lo que Pulgarcito, enterado de que va ser cena de ogros, les quita las coronas y se las pone a sus hermanos. El ogro entra en el dormitorio y por error, degüella a sus siete hijas. Entonces Pulgarcito y sus hermanos vuelven a casa con las riquezas del ogro.
La bella durmiente: El príncipe azul "descendía de una familia de ogros". Su madre "sentía las inclinaciones propias de esa casta, por lo cual cuando veía a los niños tenía que hacer esfuerzos para no devorarlos". "Quiero comerme a mi nuera en la misma salsa que a sus hijos". (Perrault)
Otra versión dice que, el príncipe no logra despertar a la princesa durmiente lo que le causa cierta irritación, así que procede a abusar sexualmente de ella para luego regresar, como si nada, a casa con su esposa. La princesa da a luz gemelos, pero no despierta por el dolor del parto sino cuando sus hijos empiezan a mamar de sus pechos. Cuando el príncipe pasa de nuevo por el lugar y ve que ha despertado y tiene dos hijos suyos se los lleva a todos a palacio. La esposa, que no tiene hijos propios, trata de matar a los niños diciéndole al cocinero del reino que los prepare para la cena. Pero el príncipe se da cuenta a tiempo del macabro plan y arroja a la mujer al fuego. Después el “encantador” príncipe se casa con la Bella… (Para desgracia de ella, imagino)
Pinocho: En la versión original, Pinocho es ahorcado por sus innumerables faltas y sólo en versiones posteriores la historia obtendría su famoso final en el que la marioneta se convierte en un niño de verdad.
Hay una parte bastante escalofriante de la historia. Te pongo en antecedentes: Pinocho está siendo perseguido por unos asesinos, cuando, de pronto, ve entre los árboles una casita "blanca como la nieve"… Jadeante llama a la puerta pero nadie contesta. Vuelve a tocar pero nada pasa. Desesperado empieza a dar patadas y cabezadas, hasta que se asoma a la ventana una hermosa joven de cabellos azules y rostro blanco como una figura de cera, con los ojos cerrados y las manos cruzadas sobre el pecho, la cual, sin mover los labios, le dice con una vocecita que parecía llegar del otro mundo:
-En esta casa no hay nadie. Están todos muertos.
-¡Ábreme tú, por lo menos! -gritó Pinocho, llorando y suplicando.
-Yo también estoy muerta.
-¿Muerta? Y entonces, ¿qué haces en la ventana?
-Espero el ataúd que vendrá a llevarme.
Piel de Asno: Al quedar viudo el rey, se le va un poco la pinza y se enamora de su propia hija adolescente, logrando con su acoso que ella huya disfrazada con la piel del asno mágico que llenaba cada mañana los establos reales de monedas de oro, ya que el padre, ofuscado en su incestuosa pasión, le ofrece dicha piel sacrificando al animal, sólo porque su hija se lo pide creyendo que no le concederá ese capricho que equivaldría a renunciar a desposarla.
"Sólo me casaré contigo si..."
Barba azul: Podríamos calificar a Barba Azul como un precursor de psicópatas y asesinos en serie, con su cámara de los horrores en donde se ocultan los cadáveres de las esposas asesinadas.
"Advirtió que el suelo estaba todo cubierto de sangre coagulada y que en ella se reflejaban los cuerpos de varias mujeres muertas y colgadas a lo largo de las paredes" (Perrault).
Ricitos de Oro: En la versión de Eleanor Muir de 1831, la intrusa, no era una precisamente una niña encantadora, si no mas bien una anciana fea y malhumorada.
Este cuento revela que después de que la vieja es descubierta, los osos la arrojan al fuego y luego intentan ahogarla pero al no morir en ninguno de los dos intentos, deciden empalarla en la aguja de un campanario.
Caperucita roja: Final según Perrault: "El malvado lobo se echó sobre Caperucita Roja y la engulló de un solo bocado" (Caperucita muere). En la versión de Grimm la abuela y Caperucita fríen al lobo en una caldera de aceite. En otras versiones populares el lobo obligaba a Caperucita a comer carne y beber sangre de la abuela. En el final más extendido, el cazador abre en canal al lobo.
La Cenicienta: La madrastra corta los dedos y los talones a sus hijas para que les quepa el zapato. El príncipe las descubre "al ver correr la sangre". Al final, las palomas de Cenicienta pican a las hermanastras en los ojos, "quedando ciegas toda su vida". (Grimm)
En las versiones más antiguas de la historia, la siniestra Cenicienta consigue asesinar a su primera madrastra para que su padre se case con el ama de llaves. Es de suponer que la incauta Cenicienta no contaba con que las seis hijas de la ama de llaves se mudarían a la casa, ¡con la interminable lista de deberes que eso implicaría!
Hansel y Gretel: En la época medieval, la escasez constante de comida hizo que los seres humanos mostrasen con frecuencia su lado más monstruoso, recurriendo al infanticidio de sus propios hijos. En este cuento, la madre consiguió persuadir al padre para que abandonase a sus hijos en el bosque para que muriesen porque no podían alimentarlos.
“Mañana, de madrugada, nos llevaremos a los niños a lo más espeso del bosque. Les encenderemos un fuego, les daremos un pedacito de pan y luego los dejaremos solos para ir a nuestro trabajo. Como no sabrán encontrar el camino de vuelta, nos libraremos de ellos. - ¡Por Dios, mujer! -replicó el hombre-. Eso no lo hago yo. ¡Cómo voy a cargar sobre mí el abandonar a mis hijos en el bosque! No tardarían en ser destrozados por las fieras. - ¡No seas necio! -exclamó ella-. ¿Quieres, pues, que nos muramos de hambre los cuatro? ¡Ya puedes ponerte a aserrar las tablas de los ataúdes! -. Y no cesó de importunarle hasta que el hombre accedió.”
Rapunzel: La joven fue entregada a una bruja por sus propios padres a cambio de alimento. La bruja la mantuvo encerrada en una torre, aislada, hasta que un príncipe la oyó cantar y comenzó a visitarla todas las noches, escalando la torre gracias a la larga trenza de la muchacha. Pero al enterarse, la bruja, celosa, le hace caer desde la alta ventana sobre una mata de espinos que le sacan los ojos. El resultado de esas visitas será que Rapunzel se quede embarazada de gemelos.
La niña sin manos: Un molinero hace un trato con el diablo para conseguir salir de la pobreza. A cambio, deberá cortar las manos a su hija. Como, además, el diablo le amenaza con llevárselo al infierno, el molinero termina obedeciendo y mutilando a la niña.
El hueso cantarín: La historia tiene como protagonistas a dos hermanos que compiten por matar a un jabalí que atemoriza al reino. La recompensa para el que lo logre es obtener la mano de la princesa. El hermano menor lo consigue, pero su hermano lo emborracha, lo asesina y lo arroja por un puente para casarse con la princesa. Un pastor, pasado un tiempo, encuentra un hueso del hermano muerto y hace una flauta con él. El sonido que sale de ella denuncia el asesinato. El rey escucha la canción y condena a muerte al malvado hermano, metiéndolo en una bolsa y enterrándolo vivo.
Tenemos a La pequeña vendedora de cerillas, una pobre huérfana que muere bajo la fría nevada en Nochebuena mientras intenta calentarse las manos con la llama de las cerillas que no ha vendido.
Podríamos hablar del Patito Feo despreciado por todos.
O mencionar a Los doce hermanos, en donde la malvada madre del rey es condenada por éste a morir metida en una tinaja llena de aceite hirviendo y serpientes venenosas.
O de Las zapatillas rojas, en la que el verdugo le tiene que cortar los pies a la heroína para que ésta recobre la paz.
Y si hablamos de trágicas historias de amor tendríamos que citar a La Sirenita que acaba convertida en espuma de mar para toda la eternidad.
No hay finales felices, y si no, véase al Soldadito de plomo, con el soldado y su amada bailarina calcinados en la chimenea, consumidos por las llamas. ¡Que triste!
Ay, ¿sabes que te digo? Que no quiero que me cuenten cuentos… ¡es que con tanta sangre y maldad no soportaría las pesadillas!
Fuentes:
antidotodelavibora.com/2012/01/los-autenticos-cuentos-de-los-hermanos.html?m=1
ovejaselectricas.es/2008/03/los-macabros-cuentos-de-los-hermanos.html
ccgediciones.com/Sala_de_Estar/Curiosidades/cuentos_infantiles.htm
larutaprohibida-miaka.blogspot.com.es/2010/07/cuentos-infantiles.html
9 comentarios:
Pues sí, Ana joé, es verdad, los hay espeluznantes. De pequeñitos nos acostumbramos a las brujas y ogros malvados, pero está claro que no lo vemos con la visión de ahora de adultos, si no no hubiésemos pegado ojo ni una sola noche no?
Curiosa entrada. Besitos!
Muy interesante y completa tu entrada de hoy Ana, aunque yo tenía alguna idea de que el origen de la mayoría de los cuentos era bastante más desagradable y gótico de lo que Walt Disney siempre nos había hecho creer, la verdad es que no sabía hasta que punto era esto así. ¡Vaya historias para contarle a los niños al irse a dormir jejeje! Un besote,
Hola lopillas, los ogros y las brujas eran malvados, eso recuerdo, pero no hasta el punto de ser unos psicopatas, ¿verdad? Menudos cuentos para irse a la cama luego, ¡ningún niño podría pegar ojo, se traumatizaría!, jaja. Antes el arte de relatar cuentos era una manera de alertar de los peligros que acechaban, hoy se hn suavizado bastante incluso se han perdido algunas moralejas.
Un besito y gracias por la visita.
;)
Hola Nieves, pues se me ocurrió la idea de esta entrada porque casualmente descubrí el verdadero final de la bella durmiente y me chocó muchisimo, así me pareció curioso saber si con otros cuentos pasaba lo mismo y me sorprendí de lo violentos, sangrientos y crueles que eran. Walt Disney creó un imperio de fantasía y de magia buena... pero ahora sabemos que no es oro todo lo que reluce, ¿eh?
Un besote y gracias por visitar mi blog.
;)
Y todos fueron felices y comieron perdices (vivas, crudas y sin desplumar; arrancándoles el cuello con los dientes)
¡Qué barbaridad! :o
Hola JuanRa, jaja, pues seguramente sí, ¡y a palo y seco!
Gracias por tu visita diablito...
:D
Menos mal que nos las endulzaron. De lo contrario, ¿qué seríamos ahora????? :S
Gracias por la advertencia. Aunque confieso algo: me siguen gustando los cuentos para adultos de Grimm, Andersen y Perrault. =))))))))) jajajjajajajajajaja
Hola Carol, a veces esta bien el azúcar, algo normal, ¿no?, ni soso ni muy dulzón, una cosa intermedia... Pero me parece que los cuentos no son así, te engañan con los finales felices, nos ilusionan, nos hacen creer en cuentos de hadas, en principes amables, en que la recompensa final al padecimiento siempre es la felicidad, ¡ya para nada! De todas formas me siguen gustando los cuentos en su versión azucarada, mucho mas que estos sádicos y sangrientos.
Tengo un libro de cuentos de los hermanos Grimm, me gusta leerlo a veces, las ilustraciones que aparecen también son geniales.
Un abrazo ¡y mucho polvo de hada!, jaja
:D
La verdad es que tenía alguna idea sobre los "verdaderos finales de los cuentos". Nunca me creí del todo la versión edulcorada que daba Disney, siempre sospeche que tras los colores pastel y las cancioncillas había algo siniestro :)
Siempre me han apasionado los cuentos y por eso he disfrutado mucho con esta entrada.
Buen trabajo Anita.
Hola Raque, es cierto, tanta alegria, diversión, buen rollo y colores pastel da que pensar, te hace desconfiar, ¿eh?
Los cuentos nunca fueron tan bonitos como nos hicieron creer, ¡como se falsea todo! Pero piensa cuantos cuentos mas historicos, reales o no, nos habrán hecho creer....
Besitos
;)
Publicar un comentario