El otoño hace tiempo que se despojó de sus desgastadas hojas y el invierno de su grueso manto, ese que suele ser frío y helado como la nieve. El aroma de las flores de primavera aún flota en la atmosfera y aunque la brisa es fresca ya hemos llegado al verano. Un verano que se despierta de repente y se encuentra con el sol, un sol que le sonríe y le devuelve su calor.
Sara ya sentía aquel calor en su rostro, lo sintió nada mas levantarse de la cama. Fatídicamente se había olvidado de poner el despertador y su destartalada maleta aún reposaba a medio hacer sobre la silla. Sin embargo y a pesar de la tribulación, aquella pita la alertó de que Rafael ya estaba allí, esperándola impaciente.
Descalza corrió hacía la puerta del balcón y se asomó. Abajo, en la entrada, una mítica furgoneta Volkswagen, como esas que uno siempre relaciona con los hippies, quemaba gases soltando un humo muy espeso por el tubo de escape. Al volante, poniendo a mil revoluciones el motor del prehistórico vehiculo, Rafael parecía ansioso por empezar la aventura, pues no paraba de tocar el claxon como si su dedo se hubiera quedado pegado a el.
Aquello inquietó a Sara, quien dando pequeños brinquitos corrió desesperada a terminar su maleta. Unos short, un par de bikinis, algunas camisetas, sus lonas, nada demasiado recargado. No podía olvidar el protector solar, ni tampoco las gafas. A todo correr las buscó por todos lados sin encontrarlas, entonces se miró en el espejo. Acercó su nariz hacía aquel estrafalario reflejo, su reflejo, sin creer lo que veía… sin mas, poseída por un calambre histérico se atusó el pelo, se pellizcó un poco las mejillas para darles color, se colocó mejor el camisón ajustándolo a la cintura, se anudó un viejo cinturón y decidió que estaba lista. Y de esa guisa agarró la maleta y salió al encuentro de Rafael.
No es que a Sara no le gustase aquel cacharro, ¡le gustaba!, tenía su encanto…pero la idea, en lo que habían quedado los dos antes de que empezaran las vacaciones de verano, había sido en alquilar algún coche barato para poder recorrer a gusto todas las playas que se cruzasen en su camino de allí a tres meses Y aquel coche, por lo que parecía, podía y podría dejarles tirados a la primera de cambio.
-¡Que no!- se emperró Rafael despreocupado tirando la maleta con los otros bultos que se apilaban atrás, -si ha durado cincuenta años soportará otros tres meses mas, ¿no?...
Sara confió en que así fuera y sonrió acomodándose en el asiento del copiloto mientras daba un portazo a la puerta. Al mismo tiempo Rafael puso el intermitente izquierdo, indicando que se incorporaba a la vía. Una larga y serpenteante carretera les esperaba.
Sara ya sentía aquel calor en su rostro, lo sintió nada mas levantarse de la cama. Fatídicamente se había olvidado de poner el despertador y su destartalada maleta aún reposaba a medio hacer sobre la silla. Sin embargo y a pesar de la tribulación, aquella pita la alertó de que Rafael ya estaba allí, esperándola impaciente.
Descalza corrió hacía la puerta del balcón y se asomó. Abajo, en la entrada, una mítica furgoneta Volkswagen, como esas que uno siempre relaciona con los hippies, quemaba gases soltando un humo muy espeso por el tubo de escape. Al volante, poniendo a mil revoluciones el motor del prehistórico vehiculo, Rafael parecía ansioso por empezar la aventura, pues no paraba de tocar el claxon como si su dedo se hubiera quedado pegado a el.
Aquello inquietó a Sara, quien dando pequeños brinquitos corrió desesperada a terminar su maleta. Unos short, un par de bikinis, algunas camisetas, sus lonas, nada demasiado recargado. No podía olvidar el protector solar, ni tampoco las gafas. A todo correr las buscó por todos lados sin encontrarlas, entonces se miró en el espejo. Acercó su nariz hacía aquel estrafalario reflejo, su reflejo, sin creer lo que veía… sin mas, poseída por un calambre histérico se atusó el pelo, se pellizcó un poco las mejillas para darles color, se colocó mejor el camisón ajustándolo a la cintura, se anudó un viejo cinturón y decidió que estaba lista. Y de esa guisa agarró la maleta y salió al encuentro de Rafael.
No es que a Sara no le gustase aquel cacharro, ¡le gustaba!, tenía su encanto…pero la idea, en lo que habían quedado los dos antes de que empezaran las vacaciones de verano, había sido en alquilar algún coche barato para poder recorrer a gusto todas las playas que se cruzasen en su camino de allí a tres meses Y aquel coche, por lo que parecía, podía y podría dejarles tirados a la primera de cambio.
-¡Que no!- se emperró Rafael despreocupado tirando la maleta con los otros bultos que se apilaban atrás, -si ha durado cincuenta años soportará otros tres meses mas, ¿no?...
Sara confió en que así fuera y sonrió acomodándose en el asiento del copiloto mientras daba un portazo a la puerta. Al mismo tiempo Rafael puso el intermitente izquierdo, indicando que se incorporaba a la vía. Una larga y serpenteante carretera les esperaba.
Aquella noche, aparcados en un área de servicio, rebuscando en los recovecos del automóvil, Sara y Rafael encontraron un viejo casete. La curiosidad les pudo, también la etiqueta desgastada en la que aún podía leerse: “canciones para el verano”. Así que se abrazaron, se tendieron muy juntos en la parte de atrás de la furgoneta y mientras miraban las estrellas disfrutaron de la música.
Selección musical: 1. Is This Love de bob Marley. 2. Pure Shores de all Saints. 3. Jammin de bob Marley. 4. Spinning away de sugar ray. 5. buffalo soldier de bob Marley. 6. Porcelain de moby. 7. Could You Be Loved de bob Marley. 8. Return of Django de the upsetters. 9. summertime de janis Joplin.
6 comentarios:
I love Bob!!! como relaja, ya me veo en la playa como la de la foto, oyendo ragga de fondo. Que ganas de coger una furgoneta de esas y dedicarte a ir por todas las playas durante meses con alguien especial al lado. ¡Qué lujo!
Besos!!
Dios... me crié escuchando esa música!!! Mi madre era fanática de Marley!!! :D
Besos Angel, ¡felíz entrada del verano! Todavía tienes 3 meses para localizar una de esas furgonetas y atreverte a ir por ahí, siempre escuchando el reggea de Bob Marley, es lo mas fresco y veraniego que hay.
:D
Tienes una madre muy rastafary Alury, jaja, pero esta música nunca pasa de moda, o a mi me lo parece.
¡Feliz entrada del verano a ti también!
:)
Y llegó oficialmente el verano! :). Eso de hacer las maletas para irse de viaje, o en plan caravana suena tan bien.
Cómo coincido contigo, es decir, podía haber escrito algo parecido...parece que todos tenemos esas ganas de cambiar de aires y disfrutar del buen tiempo.
Las canciones fantásticas, sobre todo le tengo cariño a "Is this love"... I wanna love you and treat you right. I wanna love you every day and every night...
Un beso grande!! Y a disfrutar del verano :D
¡Qué post tan refrescante! Ay, esa música me transporta a una playa de aguas turquesa, bajo las palameras verdes, sobre la arena dorada :))
Muy buena selección veraniega.
Un beso grande.
Un beso grande Virginia y a disfrutar del verano tú también. Mira que hacer las maletas es un engorro pero en estos momentos lo haría encantada y aunque viajar en caravana no parezca lo mas cómodo del mundo me apuntaría ya... ¡Que ganas!
:D
Un beso grande para ti Raque. La verdad es que si que parece una entrada refrescante, por lo menos inspira mar, playas, sol, libertad... ¿Quien no quiere algo así y mas ahora que empieza el verano?
;)
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