Desvaríos varios

He aquí una pequeña dosis. He medido las gotas necesarias para no empachar aunque desconozco el efecto que te proporcionará leer tales desvaríos. Sin embargo…

“Quisiera haber retenido en una mano un poco de ese tiempo que se escapa suspirando. Donde el suspiro en si no es llanto sino promesa. De esas donde los poemas son sentidos que juegan. De esas que son reflejos claros no rotos donde se firman pactos y se forjan treguas. Quisiera que tuviera algo de sentido todo lo que tengo, lo que queda, lo que dejó. Quisiera que fuera lo que no fue. Y por quererlo ya no se que querer. Quisiera que no fuera tan difícil expresarlo. Quisiera por querer ”.

“Débil lluvia que evapora el pensamiento. Débil pero fuerte, fuerte y pequeño, tan diminuto y a la vez grande que en tus ojos se deshace del alba, de ese amanecer en el que tú y yo nos damos la mano.
Quiere ser testigo sin saber de que, y ahí permanece, latente y callada, como si todo fuera primavera que nace hoy con la alborada.
Débil. Débil y callada".

“Hay maneras de decir las cosas y hay otras tantas formas de callarlas. A veces me hubiera gustado oírlas y otras mil veces hubiera deseado que cesase la voz de la garganta, que los oídos estuviesen equivocados y todo fuese un error. Pero el error es creer así. Creer que uno puede detener las cosas para que no duelan, porque a veces duelen y pegan fuerte. Y a ese revés es al que hay que hacer caso, porque ese que golpea es la vida. Muchos dicen que quien golpea primero golpea dos veces. Y lo cierto es que han sido más de dos y ya he perdido la cuenta. Sí, empezó ella. Algunas mañanas me levanto optimista porque entiendo que va llegando mi turno de golpear y estoy impaciente.
No sabe la vida lo que le espera. Así que llega mi turno y… estoy impaciente".

...No me lo tengas muy en cuenta, sólo han sido tres gotas de nada.