viernes, 12 de marzo de 2010



Melville y Stevenson dejaron impreso con sus plumas su amor por las islas Marquesas, Gauguin las pintó con colores imposibles, y Jacques Brel les susurró al oído.





Envueltas en un verde esmeralda intenso las indómitas islas Marquesas se encuentran a 1400 kilómetros de Tahiti y forman parte de la bella Polinesia Francesa. Estas islas son las únicas que no presentan arrecifes, pero posee unas imponentes montañas que emergen de las aguas. También cuenta con unos hermosos acantilados y bahías que se conjugan con una exótica vegetación. Se trata de doce islas de origen volcánico, dentro de las cuales hay seis que están deshabitadas. Todo esto hace de las islas Marquesas un lugar plácido y bello para disfrutar y descansar.


-Una antigua leyenda sostiene que los dioses Oatea y Atanua hicieron brotar las islas del océano para formar la gran casa. Excavaciones recientes confirman que las islas están habitadas desde hace 2.000 años, siendo sus primeros pobladores indígenas de Tonga y Samoa-


Las descubrió el explorador español Álvaro de Mendaña en 1595. Y las bautizó con este nombre en honor de la Marquesa de Mendoza, esposa del virrey de Perú. Éste financió a Mendaña la expedición para llegar a las islas Salomón con la creencia de encontrar las minas de oro del rey homónimo en el corazón del océano Pacífico. Aunque el navegante español tan sólo desembarcó en la isla de Tahuata, rebautizó a todas las del archipiélago como Las Marquesas. Un nombre insólito que nada tiene que ver con la realidad, ya que el semblante de las islas es fuerte, abrupto, masculino. No en vano sus primeros pobladores las llaman te henua enata (tierra de hombres).

Los primeros pobladores de las Marquesas fueron los polinesios, alrededor del año 300 d. C. Según las evidencias etnológicas y las relaciones lingüísticas, lo más probable es que llegasen desde las islas Samoa.
Las islas Marquesas fueron un importante centro de la civilización de la Polinesia oriental. Debido a la orografía de las islas, cada valle constituía una unidad tribal con su propio sistema social dirigido por las genealogías de los cabecillas y de los sacerdotes. El aislamiento de los valles provocaba interminables guerras tribales marcando el carácter guerrero de los marquesanos. Practicaban el canibalismo ritual con los enemigos prisioneros.
Las épocas de hambre eran frecuentes después de períodos de sequía, pero también eran provocadas por las prácticas vengativas en las guerras donde se destruían los cocoteros y los árboles del pan en los valles enemigos.

Aunque la práctica de tatuarse es común en toda la Polinesia, en las Marquesas llegó a un alto grado de sofisticación. Los hombres se tatuaban totalmente de la cabeza a los pies, adquiriendo un color azulado y feroz.


-Los marquesanos son descendientes de guerreros y bravos navegantes, y también grandes artesanos. Tienen una habilidad casi innata para tallar madera y pulir piedra, sus trabajos manuales son apreciados más allá de la Polinesia. Pero su principal soporte de identidad cultural es el tatuaje, el adorno corporal preferido de hombres y mujeres desde hace 1.500 años. Según la tradición, la finalidad del dibujo era la atracción sexual, la exaltación de la vida y la aspiración a convertirse en dios-



Aunque las Marquesas fueron de las primeras islas que descubrieron los europeos en la Polinesia, durante dos siglos quedaron fuera de las rutas de exploración y de la influencia cultural occidental. La cultura nativa marquesana quedó devastada después de la llegada de los exploradores europeos. Además de la actividad de los misioneros cristianos, hay que atribuir el colapso cultural a los efectos catastróficos de las enfermedades importadas.

Pasaron casi dos siglos sin más visitas extranjeras hasta que llegó James Cook en 1774, para quedarse más de un mes reposando después de explorar la costa de la Antártida.

En 1791, el norteamericano Joseph Ingraham, descubre las islas del grupo norte: Washington (Ua Huka), Federal (Nuku Hiva) y Adams (Ua Pou). Llama al grupo islas Washington, diferenciándolas de las islas de Mendaña. Dos meses más tarde llega el francés Etienne Marchand en la segunda vuelta al mundo francesa en plena Revolución. Toma posesión del archipiélago en nombre de Francia. Bautiza al grupo norte islas Revolución y bautiza a las islas con los nombres de sus oficiales: Marchand (Ua Pou), Baux (Nuku Hiva), Deux Frères (Motu Iti), Masse (Eiao) i Chanal (Hatutu).




En 1813, durante la guerra anglo-americana, el norteamericano David Porter estableció una base naval en la isla Madison (Nuku Hiva), nombre del presidente estadounidense. Pero después de la guerra, los Estados Unidos no ratificaron la toma de posesión.
En 1842, el francés Du Petit-Thouars toma posesión del archipiélago. Un espectador es el escritor Herman Melville que después escribirá su primera novela, Typee, explicando sus aventuras. Los franceses utilizaron unos años las islas como penal y, más tarde (en 1958), las incorporan al territorio de la Polinesia Francesa.

Islas Marquesas: hogar de la inspiración.

Fueron muchos los que hallaron su musa en la belleza del lugar, en su agradable clima y en la cordialidad de sus habitantes.
A partir de la experiencia de Herman Melville como tripulante de un ballenero, y como desertor en las Marquesas, escribió su primera novela, Typee, considerada como la primera del género de la literatura de los mares del sur.
Robert Louis Stevenson y Jack London siguieron los pasos de Melville, y sus viajes también quedaron reflejados en sus libros.
El famoso pintor francés Paul Gauguin y el cantante belga Jacques Brel pasaron los últimos años de su vida en las Marquesas donde están enterrados. Brel compuso aquí la canción Les Marquises.



-Bellas pinturas de Gauguin que reflejan la vida serena y dulce en las Islas Marquesas-
(¡Estas si que viven como marquesas, ¿no?!)


El investigador y aventurero Thor Heyerdahl escribió su libro Fatu Hiva después de estar un largo año en esta isla. Fue la base de sus teorías e investigaciones sobre las migraciones marinas prehistóricas.
Hoy en día la cultura marquesana es una mezcla del resurgimiento de la antigua cultura, con fuertes influencias de la cultura tahitiana, y de la francesa.



-Dentro de las atracciones que tiene esta zona de la Polinesia Francesa, están sus populares bailarines, las esculturas hechas en madera y los tatuadotes. Aquí también puedes practicar deportes como la vela, la pesca en alta mar o excursiones por el impresionante paisaje-

4 comentarios:

Ángel dijo...

Waw muy bueno tu post, me encantó. Las ganas que le da a uno de poder meterse caminando por esos valles y nadar por las aguas cristalinas dentro del arrecife -hombre por fuera fijo que hay tiburones-. Descubrí el blog buscando un reportaje de los oscar´s de este año, y bueno no que decir tiene que lo encontré y con creces.
Sigue así, excelente el blog además con esa forma de escribir que hace que la lectura no canse y te den ganas de descubrir más cosas sobre el tema que hablas.
Ah! y gracias por agregarme a los links ;-)

Ana Bohemia dijo...

Bienvenido Angel, gracias por seguir mi blog y que te resulte interesante. Y por tus palabras. Te he agregado a los links para visitar a menudo tu blog, también le he echado un vistazo y esta muy bien.
Un abrazo
;)

Raquel dijo...

Que ganas de estar allí, la verdad es que me vendría genial en estos momentos tan chungos. Un lugar precioso, donde seguro que descansaria y relajaría la mente. Me ha gustado conocer un poco sobre la historia de estas islas; muy interesante. Los cuadros de Gaugin me recargan las pilas por su colorido y alegría.

Un beso grande, Ana.

Ana Bohemia dijo...

Te entiendo Raque, no hay nada mejor para relajarse que un lugar tan paradisiaco como este, aguas turquesas, traslucidas, arena caliente, una brisa suave, un buen refresquito, una hamaca...
¿Porque tienen que estar tan lejos estos lugares?
Otro abrazo para ti.
;)

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