Bohemio Mundi: Entrañables recuerdos

viernes, 6 de noviembre de 2009

Entrañables recuerdos

Ay Dios, me acabo de dar cuenta de que me he hecho mayor... snif

2 comentarios:

Raquel dijo...: Jo, que de recuerdos se me despiertan al escuchar esa cabecera. Esa música que significaba entretenimiento asegurado cada tarde. Esos niños que jugaban en un trenecito, y espinete. ¡Qué tiempos aquellos!
Bueno, ha pasado el tiempo, pero menos mal ¿no?
De todas formas siempre podremos revivir esos tiempos si recurrimos a la memoria.
Besos Ana.; 7 de noviembre de 2009, 0:05
Ana Bohemia dijo...: Besos Raque, siempre recordaremos esta sintonía con cariño, crecimos con ella, ¿no?, forma parte de nuestra banda sonora.
:); 7 de noviembre de 2009, 15:07

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Bohemio Miedo

Este mes de Octubre "Bohemio Mundi" cambia su aspecto y se llena de seres extraños, oscuros, siniestros.
Un gato más negro que la noche se ha encaramado al tejado. Desde allí observa atento las fases de la luna. Su misteriosa naturaleza, sus ojos nocturnos y su desdén por lo humano se ponen de manifiesto cuando sigilosa me acerco para mirarlo y agresivo me enseña dos colmillos perfectamente afilados...
¿Bestia maligna o amuleto de buena suerte?
E aquí mi tormento: no lo sé; y como en el peor cuento de Poe, el gato aún sigue ahí, estático e imponente como una figura de cera. Hay días en los que me pregunto qué querrá de mí. Y él como si oyera mis pensamientos responde con un maullido lastimero, ronco y muy seguido, que no parece tener fin.

“(...) Tal vez porque siempre he sentido debilidad por las causas perdidas cuando realmente lo están. O tal vez… porque siento desprecio de mi mismo, ¿quién sabe?
-¿Es que no se avergüenza de dejarme sola e indefensa?
-¿Usted indefensa?, jajaja, que dios se apiade de los yankies si la capturan, y ahora baje usted de ahí, quiero despedirme.
-No.
-Veremos si bajara.
-No Rhett, por favor no se vaya, por dios no me deje, ¡no se lo perdonaré nunca!
-Yo no le pido que me perdone, yo mismo no me comprendo ni me perdonaré nunca, y si una bala me alcanza, ¡dios no lo quiera!, me reiré de mi propia estupidez. Sólo sé y comprendo una cosa y es que te quiero Escarlata, pese a ti y a mí y a ese mundo que se desmorona a nuestro alrededor, te quiero, porque somos iguales, dos malas personas, egoístas y astutos, pero sabemos enfrentarnos con las cosas y llamarlas por sus nombres…
-¡Déjeme!, no me toque.
-Escarlata, mírame, te quiero como no he querido nunca a otra mujer, y te he esperado como jamás hubiera sido capaz de esperar a otra.
-¡Suélteme!
-He aquí un soldado del sur que te quiere, Escarlata, que quiere sentir tus abrazos, que desea llevarse el recuerdo de tus besos al campo de batalla, nada importa que tú no me quieras, eres una mujer que envía a un soldado a la muerte con un bello recuerdo. Escarlata bésame, bésame… una vez.”