Te extraño abuela, hace cinco años que te fuiste pero siento tu vacío muy dentro de mí, me apena no poder recordar tu voz, ni tu tacto, esas cosas que se han borrado… Te quiero, te añoro, te echo de menos.
Cuando eso pasa escucho canciones tristes, canciones que lloran con violines, que gritan con toques de piano y golpes de guitarra.
Las canciones tristes están hechas para esos momentos que necesitas a veces…
Reconozco que siento miedo, miedo de no poder ser como era antes, ser aquella Ana, aquella que era feliz porque tú estabas a mi lado, porque tú me protegías, porque tú me querías. Es el miedo de no poder verte ni oírte, el miedo de sentirme así a veces…
Hoy me siento triste y he pensado en ti. Por eso he querido que hable mi tristeza, que ella hable por mí, y te he escrito una carta que no enviaré a ninguna parte.
Las canciones tristes están hechas para esos momentos que necesitas a veces…
Me gustaría tanto que volvieras aún sabiendo que es imposible que por eso me siento así, traspasada, dolida, entumecida, el tiempo no ha borrado mi dolor, incluso creo que lo ha fortalecido, que profundas e internas raíces han arraigado ahí ocupando el sitio que ha dejado la inocencia al desaparecer. El mundo fue bonito, ¿aún lo es?
Las canciones tristes están hechas para esos momentos que necesitas a veces, esos momentos de bajón, amargos y oscuros. Esos instantes que se hacen fuertes, que se amarran con ganas y con todas sus fuerzas a tu pecho. Aprietan, ahogan, se hacen un nudo contigo y ahí te enredas... Entonces tu corazón empieza a sentir esa necesidad, esa necesidad prioritaria de regodearse en el dolor, en la amargura, y tienes que dejarle, te lo pide, te lo exige, no puedes fallarle, es lo que quiere tu corazón, ¿no vas a dejarle?
Las canciones tristes están hechas para esos momentos que necesitas a veces…
Con cada acorde nostálgico y afligido algo se despierta en ti, ¿es melancolía?, no lo sabes pero no importa, da igual a lo que suene, la música parece entender como te sientes cuando nadie mas lo hace, es lo único que te importa, que te calma, que te cura.
Y ya no importa si las nubes giran en remolinos grises o las paredes son negras. El desgarro y lo profundo hablan por ti, expresan tu dolor, comprenden tu vacío y tu inquietud, se rinden porque saben que la sensación es pasajera, pero antes de marcharse dejan su pequeña estela, un caminito, una senda para cuando quieras volver allí, a ese lugar solitario de tu corazón, a ese rincón ceñido de sombras amenazantes, inciertos futuros y amargos presentes.
Las canciones tristes están hechas para esos momentos que necesitas a veces… Las cartas de amor también, y esta lo es. Siempre te querré, siempre estarás en mi corazón.
Cuando eso pasa escucho canciones tristes, canciones que lloran con violines, que gritan con toques de piano y golpes de guitarra.
Las canciones tristes están hechas para esos momentos que necesitas a veces…
Reconozco que siento miedo, miedo de no poder ser como era antes, ser aquella Ana, aquella que era feliz porque tú estabas a mi lado, porque tú me protegías, porque tú me querías. Es el miedo de no poder verte ni oírte, el miedo de sentirme así a veces…
Hoy me siento triste y he pensado en ti. Por eso he querido que hable mi tristeza, que ella hable por mí, y te he escrito una carta que no enviaré a ninguna parte.
Las canciones tristes están hechas para esos momentos que necesitas a veces…
Me gustaría tanto que volvieras aún sabiendo que es imposible que por eso me siento así, traspasada, dolida, entumecida, el tiempo no ha borrado mi dolor, incluso creo que lo ha fortalecido, que profundas e internas raíces han arraigado ahí ocupando el sitio que ha dejado la inocencia al desaparecer. El mundo fue bonito, ¿aún lo es?
Las canciones tristes están hechas para esos momentos que necesitas a veces, esos momentos de bajón, amargos y oscuros. Esos instantes que se hacen fuertes, que se amarran con ganas y con todas sus fuerzas a tu pecho. Aprietan, ahogan, se hacen un nudo contigo y ahí te enredas... Entonces tu corazón empieza a sentir esa necesidad, esa necesidad prioritaria de regodearse en el dolor, en la amargura, y tienes que dejarle, te lo pide, te lo exige, no puedes fallarle, es lo que quiere tu corazón, ¿no vas a dejarle?
Las canciones tristes están hechas para esos momentos que necesitas a veces…
Con cada acorde nostálgico y afligido algo se despierta en ti, ¿es melancolía?, no lo sabes pero no importa, da igual a lo que suene, la música parece entender como te sientes cuando nadie mas lo hace, es lo único que te importa, que te calma, que te cura.
Y ya no importa si las nubes giran en remolinos grises o las paredes son negras. El desgarro y lo profundo hablan por ti, expresan tu dolor, comprenden tu vacío y tu inquietud, se rinden porque saben que la sensación es pasajera, pero antes de marcharse dejan su pequeña estela, un caminito, una senda para cuando quieras volver allí, a ese lugar solitario de tu corazón, a ese rincón ceñido de sombras amenazantes, inciertos futuros y amargos presentes.
Las canciones tristes están hechas para esos momentos que necesitas a veces… Las cartas de amor también, y esta lo es. Siempre te querré, siempre estarás en mi corazón.
3 comentarios:
Me he puesto triste al leerla, porque igual que tu la extraño mucho. Me he puesto triste por esa música que acompaña y realza mi estado de animo. La verdad es que es preciosa pero suena a melancolía.
Anita, a veces viene bien expresar estas cosas, desahogarse un poco.
Espero que estés menos triste y te sientas con más fuerza.
Un beso.
Yo no lo hubiera expresado mejor Ana...Imposible no llorar, porque nos sentimos tan identificadas con tu carta.
La queríamos y nos acordamos mucho de ella, porque verla sonreir te ayudaba a seguir adelante, a ver las cosas de otro color..Ojalá pudieramos verla y tenerla cerca...seguro que lo está ;)
Un Muaks!! enorme y un abrazo aún mayor!
Un beso para las dos, ¿quien me va a entender mejor que vosotras? Todas estamos metidas en ese dolor, pero por suerte tengo todo vuestro apoyo y amor. Gracias.
:)
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