El cansancio le cerraba los párpados, a veces le hacía
alucinar. Con frecuencia Yago veía figuras en los parches de luz azulada que
asomaban entre las noctambulas ventanillas del vagón. Él nunca hablaba de esas
figuras pero las veía, no le inquietaban, no le daban miedo, él espantaba esos
sentimientos imaginando que se trataban de duendes del subterráneo, encantadoras
criaturas que se sentían atraídas por el letargo de los viajeros, como si el
sueño dejara una estela, una marca química que los atrajera. Le tranquilizaba
pensar eso, hacía que todo se acompasara. Por eso nunca dormía en el metro
aunque se estuviera cayendo de sueño, prefería mantener un ojo abierto por si
esas figuras que viajaban a la misma velocidad que él empezaran a cambiar de
forma…
Viajar de noche siempre le había resultado interesante, quizá
porque una parte de si mismo se sentía poderosamente atraído por la oscuridad. Era
la misma atracción que le empujaba a leer ese tipo de libros, libros sobre hechizos,
sortilegios, y formulas necesarias para resucitar a lo muertos, libros que
alguien podría etiquetar como de ciencia ficción… menos él. Sólo el sonoro
ruido de los frenos chirriando en los raíles lo sacaron de su ensimismamiento.
Entonces presintió una presencia, ahí, delante suyo, de pie, sujetándose a la
barra, una mujer le miraba por debajo de una capucha desgastada. Sus oscuros
ojos ardían, emitiendo una energía desconocida que le inquietó. ¿De dónde había
salido? ¿Y por qué demonios le miraba de esa manera?
La poca luz del tren se apagó por completo. Sintió una
punzada de terror cuando la desconocida se retiró la capucha de la cara y le
sonrió con malicia. En medio de la penumbra distinguió que sólo las pupilas de
la extraña mujer seguían sonriendo, clareando sus negros pensamientos.
Una culebrilla de luz azul reptaba desde la ventanilla
hasta su asiento. Mudo por el terror, Yago reparó en la profunda cicatriz en la
parte interna de la muñeca de la mujer, la herida estaba sonrosada, parecía muy
reciente. ¡La marca! Conocía esa señal, parte de un pacto diabólico, sabía lo que
eso suponía, lo que eso significaba, para sellar el pacto ella necesitaba su
sacrificio humano.
Poco pudo hacer Yago por reaccionar, de pronto su pecho
estaba abierto y aquellos ojos brujos se tiñeron de rojo.
Ya he hablado de las brujas antes, como figura diabólica ha
dado mucho juego en el mundo de la literatura y el cine. Siempre pensamos en
las malas pero también las hay buenas, porque a veces la magia tiene más
colores que el blanco y el negro. Sea como sea, ¿qué sería de un Halloween sin
su cuento de brujas?
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7 comentarios:
¡Hola, Ana!
¡Feliz Halloween!
Me ha encantado este post tan original, dedicado también a las brujas de magia blanca. Muy buena idea. =)
Aplausos para ti.
Buenas noches.
Abrazos.
Esta bien claro, A.B., no puede ser Halloween sin un buen cuento de brujas y sin escuchar una canción de Helloween :P ¡Muy guay el relato! Yo que pillo tren nocturno casi todos los días espero que no me pase algo ni remotamente parecido.
No hay duda de que una noche de Halloween no es lo mismo sin una historia de brujas o de cualquier otra cosa que nos haga estremecer y tu relato es perfecto, estremece pensar en un mundo oscuro y terrorífico escondido en el tren nocturno.
Seguro que hay brujas buenas, algunas de ellas escriben de maravilla porque hacen magia con las palabras!
Un beso grande.
Lo desconocido es una ráfaga de aire frío que nos eriza la nuca,nos roba el habla y desorbita la realidad más cotidiana...excelente texto, las brujas todo un tema... feliz día de Muertos...
Osorio lobo.
El otro día leí un meme que decía que ya había pasado Halloween pero se seguían viendo fantasmas y brujas jajjajja ay que tontería.
Me gustó tu relato, menos mal que aquí no hay metro...
Besitoss
Me ha encantado esa introducción de viaje nocturno, con las ventanillas oscuras asomadas a un mundo de supersticiones con fantasmas dispuestos a imponer un reinado de terror. Me ha recordado a un tren elevado que tomaba en Londres a las cinco de la tarde, cuando allí en invierno ya era negra noche, con un paisaje de tejados negros y chimeneas victorianas.
Feliz Halloween, con retraso!
Borgo.
Hola Carol, gracias, a las brujas de magia blanca también se les puede sacar mucho partido.
Besotes
:D
Hola Holden, gracias por visitar mi blog, espero que mi cuento de terror no te sugestiones cuando subas al tren nocturno.
Saludos!!
:)
Hola Montse, gracias por acercarte a mi blog. La mejor magia es la de las palabras, es capaz de conseguir cosas maravillosas y provocar muchas sensaciones y sentimientos.
Besotes
:D
Hola Osorio Lobo, gracias por conocer mi blog, yo no lo podría haber dicho de una manera mas poética que tú. Feliz día de Muertos con retraso.
;D
Hola Lopillas, hay gente que ve monstruos todos los días del año... y sin disfraz. A mí me intriga lo del tren nocturno, ¿provocará que la peor imaginación se dispare?, ¡seguro! Gracias por estar.
Besos
:D
Hola Miquel, gracias por tu visita. Creo que esa descripción es muy visual con los tejados y las chimeneas victorianas, una ciudad la de Londres que inspira y despierta la vena literaria.
Un abrazo
:D
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