Lo pintan con un sólo y único mechón, largo
y descuidado, lo más llamativo en una cabeza calva, redonda,
extraordinariamente pelona. Dicen que ese trocito de cabello frontal sólo sirve
para una cosa: para agarrar a la oportunidad cuando se acerca de frente. Si lo
dejas pasar y te arrepientes, ya la cagaste Bur Lancaster, porque no podrás sujetarlo
de ninguna manera, no habrá pelo que puedas enganchar, y tendrás que torcer el
morro al ver la brillante cabeza de la oportunidad irse pitando de allí sin
mirar atrás. Así que cuando una oportunidad se te presente y lo haga así de
frente, no te andes con muchos rodeos, agárralo al vuelo, y hazte un lazo
marinero con ese mechón para que ni queriendo se escape de ti.
El Dios de la oportunidad se llama Kairós
que en la filosofía griega representa un lapso indeterminado en que algo
importante sucede. En la retórica Kairós es «el momento adecuado para hacer
algo». Él es el “momento oportuno”.
Como concepto, Eric Charles White lo define
como «el instante fugaz en el que aparece, metafóricamente hablando, una
abertura (o sea, el lugar preciso) que hay que atravesar necesariamente para
alcanzar o conseguir el objetivo propuesto.».
Alejandro Corletti Estrada escribió que es
«el tiempo de nuestros momentos trascendentes, de los hechos que marcan fuerte
el camino personal de cada uno de nosotros, eso que algunos denominan destino,
y que en determinados momentos nos hizo tomar decisiones importantes».
La oportunidad nos sobrevuela, nos ronda, dicen que está por llegar, a veces que ya ha pasado, pero nunca se marcha del
todo si la persigues.
9 comentarios:
Ajá, Kairós. Hoy me enseñaste algo nuevo!
Besitoss
Extraordinario este dios de mechón largo que no deja escapar las oportunidades, no nos vendría mal dedicarle una oración para que siempre nos mantenga con los ojos bien abiertos para ver pasar esos momentos únicos, irrepetibles y fugaces que son las oportunidades y pillarlas a tiempo.
Buenas frases, muy positivas todas ellas.
¡Qué entrada tan chula has hecho, me chifla!
Un besito, guapa.
Muy bueno. Nunca hay que dejar pasar ese tren y aunque lo dejes pasar tanto da, vendrán más. Siempre hay un mañana o -como suelo decir cuando he de tomar una decisión- siempre hay dos opciones. Dos oportunidades.
Besos.
Borgo.
A veces dejamos pasar las oportunidades por simple pereza. Y eso no tiene perdón. Hay que perseverar y entonces llega la oportunidad.
Besotes Lopillas, gracias por tu visita, siempre es agradable.
:D
Hola Montse, a pesar del mechón largo y rebelde, a veces ese dios se nos escapa, pasa de largo sin más, así que no estaría mal inventar un rezo o una oración para atraerlo lo suficiente y pillarle por banda, jaja.
Besos
:D
Hola Borgo, los trenes van y vienen, es cierto, la estación por suerte no cierra del todo y de vez en cuando manda vagonetas rescate.
Besos
:D
Hola Amparo, pues tiene mucha razón, por pereza nunca, ni por miedo, pero por pereza jamás.
Un abrazo
:D
Muy bueno, Ana. Me ha gustado mucho porque rezuma esperanza y energía. Dan ganas de empezar esos proyectos que se dejaron a un lado.
Un post muy positivo.
Gracias por ello.
Abrazos:
Carol
Hola Carol, esperanza, energía y cosas positivas, con todo ello me quiero hacer una bufanda. Gracias por estar y seguir estando.
Un abrazo
:D
Vaya , es un dios interesante nunca pensé que existía un dios de la oportunidad ,me encanta ,solo tiene cabello en el frente y solo puede aprovechar la oportunidad que se le presenta frente a él ,no puede ir a lo que no ve. .
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