domingo, 13 de enero de 2013

El ojo de Nefertiti



El bello busto policromado de Nefertiti, esposa de Akenatón, fue descubierto el 6 de diciembre de 1912 por una expedición arqueológica alemana en las ruinas de Amarna (Ajet Atón), la capital del faraón. El equipo de arqueólogos trabajaba para la Sociedad Alemana de Oriente bajo la supervisión del Profesor Ludwig Borchardt de Berlín. Tenían la autorización del gobierno egipcio para excavar aquel lugar. El busto, de 3.400 años, apareció entre las ruinas del taller de Tutmés, escultor de la corte de Amarna.
Borchardt supo desde el primer momento que se hallaba ante una obra maestra.

Existen diferentes hipótesis para explicar la pérdida del iris del ojo izquierdo de la escultura. Una de ellas sostiene que estaba colocada en una repisa de madera en el taller del escultor. La repisa, deteriorada por las termitas, terminó rompiéndose. El busto dio una voltereta y cayó al suelo, pero lo hizo sobre la corona plana, lo que evitó su rotura, aunque con el impacto perdió el iris de ese ojo y sufrió desperfectos en la oreja.
El equipo de arqueólogos alemán la encontró enterrada en la arena boca abajo, de manera que, en principio, la tesis podría ser aceptada. No obstante, el relato que se conserva de su descubrimiento y el exhaustivo estudio de la escultura hacen que la hipótesis deba ser rechazada.
Al parecer la encontró Mohammed Ahmes Es-Senussi. Se encontraba excavando la sala 19 rejilla P-47 (el área se dividió en rejillas de 600 pies cuadrados) cuando los rayos del sol iluminaron el oro y colores azules de la escultura. El grito de Mohammed atrajo a todos. El Profesor Borchardt fue despertado de su siesta. La estatua se hallaba enterrada, cabeza abajo, en el cascote. Cuando la limpiaron observaron que estaba casi intacta. Los únicos desperfectos eran los astillados lóbulos de las orejas y la pérdida del iris del ojo izquierdo. La arena y la suciedad de la sala 19 (más de 30 pies cúbicos) se tamizó de forma exhaustiva en repetidas ocasiones con una malla cada vez más fina. Los pedazos de la oreja se encontraron pero el ojo nunca se recuperó.
Un examen más minucioso de la escultura permitió comprobar que nunca llegó a colocarse el iris del ojo pues sobre el globo ocular izquierdo no se ve ninguna huella de manipulaciones.

Se apuntó la posible pérdida del ojo izquierdo de Nefertiti en algún momento de su vida. Sin embargo, ningún relieve mural o escultura que reproduce a la reina muestra que tuviera este defecto.
Incluso ha llegado a afirmarse que el escultor pudo enamorarse de la reina, que tenía fama de seductora, y que por despecho, al sentirse rechazado, se vengó desfigurando su rostro.
Otra hipótesis sostenía que la escultura iba a situarse en una urna de perfil y, por tanto, sólo se requería un ojo perfecto. Para los iris de los ojos se empleaba cristal de roca, caro y difícil de conseguir, de modo que no se consideró necesario colocar los dos.

También se afirma que el busto fue el modelo que utilizó Tutmés para otros retratos de la reina realizados en su taller, de manera que, teniendo en cuenta el valor de esas piezas de cristal, sólo se colocó el del ojo derecho, necesario para que el rostro no resultara inexpresivo.
Es posible que, a pesar de su extrema perfección y belleza, el busto fuese considerado en la época como una escultura menor, de poca importancia, ya que nadie se preocupó de llevarla consigo cuando Amarna y el taller de Tutmés quedaron abandonados.

-La Bruja, die Hexe, llaman los arqueológos clásicos del Museo de Berlín a este famoso busto de Nefertiti. Y algo de hechicera hay en ella.
Al mirar esa cuenca vacía, eso ojo en blanco uno puede caer fácilmente en un trance hipnótico, puede ser conducido sin levantar los pies de la tierra en un viaje por el tiempo, atravesando arenas y enigmas. Ahí, en esa nada, en ese misterio lleno de especulaciones, hay algo, una fuerza, un poder que hace que nos sumamos en ese blanco infinito para siempre-

Fuentes:
ovejaselectricas.es/2007/08/el-ojo-de-nefertiti.html?utm_source=BP_recent
google imágenes.

5 comentarios:

Mos dijo...

Lo cierto es que es de una belleza asombrosa.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.

Raquel dijo...

No puedo imaginar el momento en que la desenterraron despues de tantos años perdida en las arenas y vieron la perfección de la figura que acababan de encontrar; tuvo que ser un momento único.
Es raro lo del ojo, pero supongo que este misterio nunca se resolverá, siempre nos quedarán las hipótesis para intentar acercarnos a lo que pasó pero la verdad es dificil que se sepa; quizás eso también sea parte del encanto que rodea este enigma.
Besos.

Ana Bohemia dijo...

Hola Mos, bella, exactamente el adjetivo que mas le va. Gracias por pasarte por mi mundi.
Besos
:D

Hola Raque, me imagino que ese momento, el de desenterrarla de la arena tuvo que ser emocionante, estaban palpando un trozo de historia, recuperando un objeto olvidado por miles de años.
Lo del ojo es un misterio, nunca se sabrá, pero habrán hipotesis para seguir alimentando el enigma.
Un beso
:D

Anónimo dijo...

De acuerdo con todos vosotros. Se respira historia en este blog. Magnífico post, Ana.
Abrazos:
Carol

Ana Bohemia dijo...

Gracias Carol por tu visita y comentario, siempre es interesante acercarse a los misterios y sin son egipcios mas aún.
Un beso
:)

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