La vida hay que disfrutarla con los cinco sentidos, plenamente. La vida hay que tomársela a sorbos o a mordiscos, con gusto. Arañarla o acariciarla, sentirla, palpar sus texturas, apreciar sus rugosidades. Olerla, aspirar sus fuertes perfumes, trasportarse en sus esencias. Y nunca perderla de vista. A la vida hay que escucharla, a veces te habla, te advierte, te dice cosas que no quieres oír, pero no la escuchas. Así que abre los ojos, afina los oídos, prepárate para saborearla, para olerla y sobre todo para sentirla.
CON OJO:
Se llama visión a la capacidad de interpretar nuestro entorno gracias a los rayos de luz que alcanzan el ojo. La visión o sentido de la vista es una de las principales capacidades sensoriales del hombre y de muchos animales. El ojo es la puerta de entrada por la que penetran los estímulos luminosos que se transforman en impulsos eléctricos gracias a unas células especializadas de la retina que son los conos y los bastones.
El nervio óptico transmite los impulsos eléctricos generados en la retina al cerebro, donde son procesados en la corteza visual.
En el cerebro tiene lugar el complicado proceso de la percepción visual gracias al cual somos capaces de percibir la forma de los objetos, identificar distancias y detectar los colores y el movimiento.
Se llama visión a la capacidad de interpretar nuestro entorno gracias a los rayos de luz que alcanzan el ojo. La visión o sentido de la vista es una de las principales capacidades sensoriales del hombre y de muchos animales. El ojo es la puerta de entrada por la que penetran los estímulos luminosos que se transforman en impulsos eléctricos gracias a unas células especializadas de la retina que son los conos y los bastones.
El nervio óptico transmite los impulsos eléctricos generados en la retina al cerebro, donde son procesados en la corteza visual.
En el cerebro tiene lugar el complicado proceso de la percepción visual gracias al cual somos capaces de percibir la forma de los objetos, identificar distancias y detectar los colores y el movimiento.
¿Sabes que no todo lo que vemos es real? Según Eduard Punset todo lo que vemos es fruto de nuestra imaginación. Por ejemplo, los colores, no existen en realidad, no son más que diferentes longitudes de onda que nuestro cerebro interpreta como rojo, azul o verde. Así, existe una realidad que emite señales que nosotros percibimos e interpretamos para construir una idea del mundo. Una idea del mundo, por tanto, inevitablemente sesgada, subjetiva. Lo que deseamos, esperamos, tememos o nos ilusiona puede influir en la manera en que percibimos estímulos visuales ambiguos, señala un estudio realizado por el psicólogo David Dunning, de la Cornell University, de Estados Unidos. El estudio científico de la percepción se remonta al siglo XIX, cuando diversos investigadores crearon los primeros modelos que relacionaban la magnitud de un estímulo físico con la magnitud de un hecho percibido. Hoy día, el tema no es estudiado sólo desde la psicología, sino que ocupa a varios campos, como la neurociencia, la optometría, la fisiología e incluso la informática.
Aunque solemos creer que nuestros sentidos nos aportan una fiel información del mundo exterior, Dunning señala que décadas de investigación psicológica han determinado que lo que la gente ve y oye no es precisamente una reproducción exacta de lo que nos rodea.
Según él, en primer lugar, la percepción es selectiva: no somos conscientes de “todo” lo que sucede a nuestro alrededor. Un estudio acerca de la llamada “ceguera atencional" –condición que nos impide ver lo evidente porque nuestra atención está centrada en otra cosa- demostró que el 40% de un grupo de voluntarios a los que se les mostró una breve película de un partido de baloncesto fue incapaz de ver a una mujer disfrazada de gorila que se colocaba entre los jugadores, miraba a la cámara, se golpeaba el pecho y después salía, simplemente porque no le prestaron atención.
En segundo lugar, señala Dunning, la percepción es influenciable: varios estudios han demostrado que las distancias no suelen ser tan cortas como nos parecen al mirarlas de lejos, grandes objetos no son tan altos como parecen, y la piedra que se nos puede meter en el zapato siempre es mucho más pequeña de lo que pensamos mientras nos molesta al andar.
¿Qué me gusta de este sentido? Que gracias a este sentido puedo disfrutar de la belleza que nos rodea: colores, atardeceres, chicos guapos, estrellas, naturaleza, animales, visiones que nos hacen felices.
La visión que más recuerdo: Hace mucho tiempo de aquello, cuando aún escribía en un diario secreto y pensaba inocente que todo en la vida era fácil y bonito. Recuerdo que me gustó tanto aquella visión que la trascribí en ese diario…
“Me pareció muy lindo ver a mi abuela en la azotea, como de puntillas para ver mejor las plantas de la huerta, amapolas rojas, cielo azul y mariposas”.
SEGUIRÁ...
5 comentarios:
Así que la vista no es fiable, el cerebro nos engaña y nos hace ver las cosas según como le parezca. Supongo que de ahí viene la expresión Todo es según el color del cristal con que se mira, y como cada uno de nosotros lo miramos con un cristal de diferente color hay muchas realidades distintas de una misma cosa.
Mi visión favorita, la tengo grabada, es la de un atardecer de ciencia ficción en la Punta. Nunca vi un cielo, un mar, unos colores como aquellos. Fue una experiencia mágica.
Un beso :)
Que bonita visión Raque, ojala hubiera estado allí para ver aquel rayo verde y ese precioso atardecer. A ver si en el futuro...
Un Beso
:)
Qué bonito. Creo que es el sentido que más temo perder, y del que más carencias tengo. Por lo tanto, el más apreciado, si es que se pudiese hacer un ranking de sentidos favoritos...
Solo falta el tacto? Eh! no digo que no lo tengas! jeje
Un beso
Coincido contigo, es el sentido que mas miedo me daría perder, y en eso de las carencias, supongo que el antigmatismo puede contar como una de ellas, pero lo prefiero a no ver ni torta.
Creo que no podría renunciar a mis otros sentidos, ¡me encantan todos!
Eh, y de tacto voy sobrada, jaja.
Un beso
;)
Muy interesante =) Algo destacable que he visto en todas tus entradas... es que recuerdas muchísimo a tu abuela y siempre la tienes en el recuerdo que te provoca el sentido en cuestión. Se ve que la quieres mucho y supongo que la echas de menos un montón.
Sin la vista no seríamos capaces de apreciar mucha belleza de la vida :)
En cuanto al tema de los colores, me suena haberlo estudiado en plástica en su momento, pero sobre todo en física, que es donde se aprende lo de la longitud de onda y en el momento en el que uno se entera, se queda muy sorprendido pensando que es mentira y que se lo acaban de inventar todo, sinceramente. Pero resulta que nos han estado engañando hasta ese momento jaja. Qué cosas...
Y como bien dice Dunning, la percepción es selectiva. Yo creo que le damos prioridad a algo cuando miramos y es difícil ver todo lo que ocurre, depende de cada persona, de sus gustos, de la importancia que le dé... Y es influenciable, sin duda, porque hay veces que nos parece que algo está más cercano o más lejano de lo que realmente es. Así ve nuestra visión, al igual que nos puede parecer un objeto más grande o más alto, aunque yo me inclinaría más hacia más pequeño y más bajo porque al aumentar la distancia, así es como lo apreciamos, y así dibujaba yo en dibujo técnico jaja.
Cuánto recuerdo del instituto, de verdad.
Un beso :)
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