Vivo en un archipiélago volcánico, islas hechas de fuego, un fuego profundo, magmatico, primigenio. Tierra negra, quemada, forjada por las cenizas de erupciones pasadas, de erupciones vivas, nuevas, recientes. Hay fuego, aquí debajo, hoy hierve, pero ya no a escasos metros de la superficie. Nació el volcán, llegó con terremotos, explosión y humo estromboliano. Dejó tierra rota, luego piroclastos, fragmentos voladores, líquidos y sólidos incandescentes, y chorros de lava ardiente que van arañando y engullendo lo que encuentra a su paso, tiene hambre feroz.
Es un espectáculo aterrador y fascinante al mismo tiempo. Es sobrecogedor escuchar el rugido de la naturaleza, las entrañas del planeta expulsando destrucción que luego será vida, tierra nueva que se abre camino, abrasada por el calor apasionado de su concepción.
Bombas de fuego siguen brotando del nuevo cráter, nuevas bocas aparecen para liberar la presión y los gases, que ya han deformado el suelo. Los tremores sísmicos no paran. Con la oscuridad de la noche el volcán brilla rojo y naranja con un fulgor endemoniado, las cascadas de lava son heridas abiertas y sangrantes, las piedras que salen disparadas al rojo vivo parecen rubís cuyo centelleo no puede apagarse, toda esa fuente de energía irradia luz constantemente. En el subsuelo parece que hubiera una caldera trabajando a destajo para sacar más y más lava. Es un recién nacido, pero tiene mucha fuerza, aún hay mucho volcán en sus entrañas.
Estamos ante un momento histórico, -pues descontando la erupción submarina de El Hierro de 2011-, hacía casi 50 años, con la de Teneguía en 1971, que no sucedía una erupción de estas características.
El pasado domingo día 19 de Septiembre de 2021 a las 15.12 en el municipio de El Paso en la isla de La Palma, un nuevo volcán entró en erupción. Ya se sospechaba que pudiera ocurrir algún episodio volcánico desde que el sábado 11 de septiembre comenzara una oleada de terremotos (enjambre sísmico) que culminó con una gran e inesperada erupción. La mayoría de los sismos registrados a lo largo de esa semana (cerca de 20.000) habían sido de baja magnitud, provocados por la acumulación de 11 millones de metros cúbicos de magma que intentaba salir a la superficie. Los seísmos habían sido bastante superficiales, a profundidades de entre 1 y 5 km pero el pasado domingo se dieron a sólo un kilómetro de profundidad, es decir, prácticamente junto a la superficie, todo un indicativo, junto con la deformación del terreno, (elevación de más de 10 centímetros) de que el magma rompería la corteza por alguna parte.
Este
volcán sin nombre no es un volcán al uso, es descomunal y no tiene un único
cráter como el Etna o el Teide, sino que está compuesto por una sucesión de
pequeños volcanes por lo que la lava puede salir por cualquiera de sus cráteres.
Según informaciones del comité técnico de vulcanología de Canarias por el
momento hay dos fisuras, separadas por 200 metros, por las que sale el material
volcánico. Las zonas afectadas fueron desalojadas
por seguridad y que mantiene en vilo a los habitantes de cuatro municipios de
esta pequeña isla de 85.000 habitantes
El nuevo volcán está ubicado dentro del Parque natural de Cumbre Vieja que ocupa unas 7.500 hectáreas y abarca seis municipios cuyo destino depende de la actividad volcánica. El parque fue creado en 1987 precisamente para preservar los conos y coladas volcánicas de las diferentes erupciones acaecidas en la zona desde la prehistoria, además de sus bosques de pinar canario y laurisilva.
Recordando
la erupción del Teneguía, en los días previos a aquella última erupción de
1971, varios terremotos hicieron temblar también la isla de la Palma hasta que
el 26 de octubre Cumbre Vieja volvió a rugir. El espectáculo de fuego en
Teneguía fue grabado por las cámaras y aunque no fue destructivo, sí causó un
fallecido por inhalación de humo. Fue una de las erupciones más intensas desde
1677 pues hubo otra en 1949 que arrasó campos de cultivo y viviendas tras el
paso de la lava volcánica.
Cabe destacar que tanto La Palma como El Hierro son las islas canarias más jóvenes, y que aún están en fase de crecimiento, tienen volcanes y lógicamente tiene que haber erupciones. La única isla canaria en la que no ha habido vulcanismo reciente es La Gomera.
Fuentes;
https://www.visitlapalma.es/actualidad-erupcion-volcanica-la-palma/
https://www.elmundo.es/cienciaysalud/ciencia/2021/09/17/6143417b21efa0201a8b458e.html