Dos rojas lenguas de fuego
que, a un mismo tronco enlazadas,
se aproximan, y al besarse
forman una sola llama;
dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca,
y en el espacio se encuentran
y armoniosas se abrazan;
dos olas que vienen juntas
a morir sobre una playa
y que al romper se coronan
con un penacho de plata;
dos jirones de vapor
que del lago se levantan
y al juntarse allá en el cielo
forman una nube blanca;
4 comentarios:
La dualidad como forma especial de unificarse, además de forma muy romántica.
Un uno de fuego muy romántico, dos almas al rojo vivo.
;)
El rey del romanticismo que, en apenas pocas estrofas, sabía llegar al corazón.
Precioso el poema!
Besitos.
Me gustó mucho Montse, me pareció un poema apropiado para una noche de hogueras y fuego.
Besos
:D
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