Los
mayores censuradores de libros de la historia servían en las filas de la
Iglesia, tanto así que en 1559 crearon lo que llamaron “Index Librorum
Prohibitorum”, una especie de lista negra a la que iban sumando títulos para la
quema.
Baste
decir que hasta 1966 estos perseguidores de brujas siguieron añadiendo títulos
a su lista.
Imbuidos
por un ardor purificador fueron muchos los personajes, sabios, lumbreras y
excelsos pensadores que fueron vetados por estos celosos de la libertad. Nombres
como Erasmo de Rotterdam, Giordano Bruno (que
fue quemado vivo), Descartes, Francis
Bacon, Stendahl, Víctor Hugo, Flaubert, Honoré Balzac (cuyas obras al
completas fueron prohibidas), el marques
de Sade y la Mística Doctora, entre otros.
Pero
no sólo la Iglesia ha practicado la censura o la persecución. Las razones
ideológicas, religiosas, morales o políticas, también pesaban para condenar a
un libro. No podemos olvidar a Darwin y su tan cuestionada teoría de la
evolución.
Así,
numerosas generaciones fueron testigos de este atentado contra la libertad de
expresión. Sin embargo la censura no es cosa del ayer. Este empeño enfático en
poner cadenas a la libertad perdura, por eso no nos puede extrañar la cantidad
de libros que a día de hoy no han podido ver la luz, quizá por inmorales, tal
vez por inconvenientes, posiblemente por revolucionarios. Sea como sea parece
que, antes y ahora, siempre hay motivo
para prohibir.
El origen de las especies. El origen de las especies fue el primer
relato convincente y claro acerca de la teoría de la evolución y de la
selección natural. La obra de Darwin estaba narrada en un lenguaje directo y
coloquial, accesible a cualquier lector. En ella fue capaz de explicar en forma
simple que las especies cambiaban como resultado de una necesidad nueva; que la
lucha por la supervivencia eliminaba las variaciones desfavorables y
sobrevivían las más aptas; que el número de individuos de cada especie
permanecía más o menos constante; y explicó, por medio de descripciones
minuciosas, cómo variaban en todos los aspectos las distintas especies según el
entorno.
El diario de Ana Frank. Otto Frank transcribió el diario de su
hija a máquina y lo tradujo al alemán. Después de muchas dudas, el señor Frank
decidió publicarlo en 1947 con el título "Het Achterhuis" (la casa de
atrás). Aunque omitiendo algunos fragmentos, pues consideraba que no eran de
interés público. Así, desde el momento de su publicación, “El Diario de Ana
Frank” se convirtió en uno de los testimonios sobre el Holocausto más famosos.
Sin embargo, este éxito no sentó bien a determinados
grupos. Algunos defienden la idea de que el Diario de Ana Frank es falso
diciendo: "El Departamento Criminal
Federal afirmó que parte del manuscrito había sido escrito con bolígrafo,
invento introducido en 1951... La perito calígrafa Minna Becker dictaminó que
todos los textos del Diario provenían de una sola caligrafía y que por lo
tanto, quien hizo el manuscrito añadió anotaciones con bolígrafo, lo que
significa que Ana Frank no pudo ser la autora del diario... Además, David
Irving, dice que contrastó dos documentos, uno con la caligrafía auténtica de
Ana Frank, correspondiente a las cartas enviadas por ella en esa época, y otro
con las anotaciones del diario. Llegó a la conclusión de que ambas caligrafías
no eran de la misma persona".
Por su parte, la Fundación Ana Frank
niega la veracidad de estos argumentos e incluso han tomado medidas judiciales
obteniendo siempre sentencias favorables.
Las
mil y una noches. Scherezade,
hija del visir, urde un plan para evitar que el sultán Sharayar mate cada noche
a una mujer con la que previamente se casa. Una determinación que adopta por
despecho tras descubrir que su mujer le traiciona y, por ello, concluye que
todas las mujeres son infieles. Para acabar con esta sangrienta decisión,
Scherezade se ofrece como esposa del sultán, logra seducirlo contándole un
cuento cada noche, interrumpido al alba con la promesa de continuar la noche
siguiente. Mil noches y una después, el sultán la indulta y junto a Scherezade
vive feliz.
Ninguna obra de la literatura oriental ha
seducido a tantos lectores en todo el mundo como esta pero parece que en
oriente, esta obra maestra con elementos de la India, Persia y el mundo árabe,
es hostigada una y otra vez por sus pasajes eróticos. En el reino islámico de
Arabia Saudí, "Las mil y una noches" se encuentra en "la
lista". Para cierta sociedad egipcia algunos pasajes son indecentes y por
tanto "dañan la moral pública".
Alicia
en el país de las maravillas. Hay
quien piensa que las mentes infantiles, más delicadas, más maleables, necesitan
ser protegidas de estos libros que aparentemente fueron planteados desde la
inocencia, y que algunos ven que precisamente no se escribieron desde ese
enfoque. Si lo pensamos hay muchísimos cuentos que no esconden una maldad que
raya el sadismo (hay mucha historia gore rulando por ahí). Pero no nos
desviemos. Alicia en el país de las maravillas, prohibido en la provincia china
de Hunan en 1931, es un caso de los casos de censura más estrambóticos. Fue el
general Ho Chien, quien consideró inaceptable que los animales del libro
hablaran y se comportaran como los seres humanos. Consideraba que colocar a humanos
y a animales en el mismo nivel sería desastroso para China. Y menos mal que no
cayó en sus manos Rebelión en la granja porque le habría dado un patatús. La
ley que prohíbe leer el libro de Lewis Carroll se mantiene hasta nuestros días,
por lo que en la zona se recomienda no leer el libro para evitar problemas con
las autoridades.
El
código Da Vinci. Hace
años el cardenal de Génova Tarcisio Bertone instó al mundo católico a no leer
ni comprar el libro Código Da Vinci, por
ser “un intento deliberado de desacreditar a la Iglesia Católica mediante
falsificaciones absurdas y vulgares”. El cardenal italiano, ex miembro de la
Congregación de la Doctrina de la Fe calificó el best seller como “un castillo
de mentiras” y “un texto lleno de imprecisiones históricas”, que se enmarca en
una estrategia para “divulgar por el mundo un castillo de blasfemias. Y todo
porque el escritor norteamericano Dan Brown desarrolla en su novela la idea de
que la Iglesia ha ocultado durante siglos que Jesucristo tuvo un hijo con María
Magdalena, señalada como ex prostituta. Es este pasaje del libro el que ha
indignado a muchos cristianos además de haber sido descartado por historiadores
y teólogos.
Harry
Potter. Otro caso
célebre de libro infantil censurado es la saga de Harry Potter. Que las
aventuras del joven mago sean censuradas en los Emiratos Árabes bajo la
acusación de incentivar a la brujería quizá no sorprenda tanto como las
numerosas batallas legales que el primer tomo de la saga tuvo que afrontar en
sus comienzos en EEUU, el país de las libertades y de la doble moral. Esta
censura se extendió a Canadá, donde una escuela exigió autorización a los
padres para que los alumnos pudieran leer unas aventuras que para muchos eran
apología no solo de brujería, sino también de magia negra y de satanismo. En
Alamogordo, Nuevo México, varios cientos de miembros de la Iglesia de la
Comunidad de Cristo incineraron una treintena de ejemplares mientras cantaban
himnos religiosos. Para el Pastor Jack Brock Harry Potter era el demonio.
1984. Es una novela política de ficción
distópica, escrita por George Orwell entre 1947 y 1948 y publicada el 8 de
junio de 1949. La novela introdujo los conceptos del omnipresente y vigilante
Gran Hermano o Hermano Mayor, de la notoria habitación 101, de la ubicua
policía del Pensamiento y de la neolengua, adaptación del inglés en la que se
reduce y se transforma el léxico con fines represivos, basándose en el
principio de que lo que no forma parte de la lengua, no puede ser pensado.
El término «orwelliano» se ha convertido
en sinónimo de las sociedades u organizaciones que reproducen actitudes
totalitarias y represoras como las representadas en la novela. La novela fue un
éxito en términos de ventas y se ha convertido en uno de los más influyentes
libros del siglo XX.
Se le considera como una de las obras
cumbre de la trilogía de las distopías de principios del siglo XX junto a la
novela de Aldous Huxley Un mundo feliz y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Todas
muy criticadas por su contenido político.
El
Decamerón. Fue la
primera obra en prosa escrita en italiano, idioma romance. La iglesia católica,
a través de la Inquisición, incluyó este libro entre los prohibidos. A pesar de
esta inclusión en la nómina del Index librorum prohibitorum, la de Bocaccio
constituyó una de las lecturas preferidas por los clérigos.
Quizá el secreto del éxito de la más
representativa obra de la Edad Media se encuentre en algunos de sus fragmentos.
Sus pasajes sobre la sensualidad, que resultaban escandalosas para muchos, eran
divertidos para otros y en general daban una percepción del género femenino que
no se ceñía con la realidad de aquellos tiempos. En alguna medida la obra contribuyó
al control que se ejercía sobre la mujer y representa la mentalidad del hombre
en la edad Media.
Fuentes:
Wikipedia.
Google imágenes.
5 comentarios:
El que censuró "Alicia en el país de las maravillas" porque los animales hablaban... ¡si viera la película Cars le daría un patatús!
Yo reconozco que en su día me leí "El Código Da Vinci" porque en el colegio (de monjas) al que iba nos recomendaron no leerlo. Yo siempre igual, ¡nadando a contracorriente!
Hace un tiempito me descargué 1984 y no he tenido la ocasión de leerlo, ¡y eso que cada vez que leo algo sobre él me dan muchas ganas! (pero se me olvida que lo tengo en el ordenador)
¡Muy buen post! ¡Me encantó!
(Que sepas que hoy me he puesto a leerlo... ¡es muy bueno! Me encanta)
Hola Alury, me leí 1984 hace ya algún tiempo y no me dio la sensación de estar leyendo un libro del año 1948 (salvo en algunos aspectos), creo que es un libro que no deja indiferente, que te hace rumiarlo un par de días. A mí me gustó también.
que bien que no lo dejes pendiente.
¿Y leiste El código Da Vinci sólo por contradecir a las monjas?, jaja, pobre Dan Brown, la verdad que tampoco era para tanto.
La magia Disney no sólo hace hablar a los animales y a los coches, también a teteras, aviones y demás mobiliario, ¡cómo para volver locos a los censores de Hunan!
Muchas gracias por acercarte al blog y por comentar. Saludos, ¡feliz semana!
:)
Siempre hay una razón estúpida para prohibir. Lo que es chocante es que se lleguen a censurar libros sólo por lo que pueda esconder un inofensivo título, como el de Black Beauty, o algunos directamente sin motivos, simplemente porque sí.
Me ha resultado muy interesante esta entrada, Anita.
Un beso :)
Hola Raque, y tanto que es chocante, ni siquiera se toman la molestia de leerlos, los prohíben porque ya sólo el título puede (en teoría) provocar controversia.
Me alegro mucho que te haya resultado interesante la entrada.
Un beso
;)
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