lunes, 14 de abril de 2014

Libros Censurados


Los mayores censuradores de libros de la historia servían en las filas de la Iglesia, tanto así que en 1559 crearon lo que llamaron “Index Librorum Prohibitorum”, una especie de lista negra a la que iban sumando títulos para la quema.
Baste decir que hasta 1966 estos perseguidores de brujas siguieron añadiendo títulos a su lista.
Imbuidos por un ardor purificador fueron muchos los personajes, sabios, lumbreras y excelsos pensadores que fueron vetados por estos celosos de la libertad. Nombres como Erasmo de Rotterdam, Giordano Bruno (que fue quemado vivo), Descartes, Francis Bacon, Stendahl, Víctor Hugo, Flaubert, Honoré Balzac (cuyas obras al completas fueron prohibidas), el marques de Sade y la Mística Doctora, entre otros.
Pero no sólo la Iglesia ha practicado la censura o la persecución. Las razones ideológicas, religiosas, morales o políticas, también pesaban para condenar a un libro. No podemos olvidar a Darwin y su tan cuestionada teoría de la evolución.
Así, numerosas generaciones fueron testigos de este atentado contra la libertad de expresión. Sin embargo la censura no es cosa del ayer. Este empeño enfático en poner cadenas a la libertad perdura, por eso no nos puede extrañar la cantidad de libros que a día de hoy no han podido ver la luz, quizá por inmorales, tal vez por inconvenientes, posiblemente por revolucionarios. Sea como sea parece que, antes y ahora,  siempre hay motivo para prohibir.

El origen de las especies. El origen de las especies fue el primer relato convincente y claro acerca de la teoría de la evolución y de la selección natural. La obra de Darwin estaba narrada en un lenguaje directo y coloquial, accesible a cualquier lector. En ella fue capaz de explicar en forma simple que las especies cambiaban como resultado de una necesidad nueva; que la lucha por la supervivencia eliminaba las variaciones desfavorables y sobrevivían las más aptas; que el número de individuos de cada especie permanecía más o menos constante; y explicó, por medio de descripciones minuciosas, cómo variaban en todos los aspectos las distintas especies según el entorno.

El diario de Ana Frank. Otto Frank transcribió el diario de su hija a máquina y lo tradujo al alemán. Después de muchas dudas, el señor Frank decidió publicarlo en 1947 con el título "Het Achterhuis" (la casa de atrás). Aunque omitiendo algunos fragmentos, pues consideraba que no eran de interés público. Así, desde el momento de su publicación, “El Diario de Ana Frank” se convirtió en uno de los testimonios sobre el Holocausto más famosos.
Sin embargo, este éxito no sentó bien a determinados grupos. Algunos defienden la idea de que el Diario de Ana Frank es falso diciendo: "El Departamento Criminal Federal afirmó que parte del manuscrito había sido escrito con bolígrafo, invento introducido en 1951... La perito calígrafa Minna Becker dictaminó que todos los textos del Diario provenían de una sola caligrafía y que por lo tanto, quien hizo el manuscrito añadió anotaciones con bolígrafo, lo que significa que Ana Frank no pudo ser la autora del diario... Además, David Irving, dice que contrastó dos documentos, uno con la caligrafía auténtica de Ana Frank, correspondiente a las cartas enviadas por ella en esa época, y otro con las anotaciones del diario. Llegó a la conclusión de que ambas caligrafías no eran de la misma persona".
Por su parte, la Fundación Ana Frank niega la veracidad de estos argumentos e incluso han tomado medidas judiciales obteniendo siempre sentencias favorables.

Las mil y una noches. Scherezade, hija del visir, urde un plan para evitar que el sultán Sharayar mate cada noche a una mujer con la que previamente se casa. Una determinación que adopta por despecho tras descubrir que su mujer le traiciona y, por ello, concluye que todas las mujeres son infieles. Para acabar con esta sangrienta decisión, Scherezade se ofrece como esposa del sultán, logra seducirlo contándole un cuento cada noche, interrumpido al alba con la promesa de continuar la noche siguiente. Mil noches y una después, el sultán la indulta y junto a Scherezade vive feliz.
Ninguna obra de la literatura oriental ha seducido a tantos lectores en todo el mundo como esta pero parece que en oriente, esta obra maestra con elementos de la India, Persia y el mundo árabe, es hostigada una y otra vez por sus pasajes eróticos. En el reino islámico de Arabia Saudí, "Las mil y una noches" se encuentra en "la lista". Para cierta sociedad egipcia algunos pasajes son indecentes y por tanto "dañan la moral pública".

Alicia en el país de las maravillas. Hay quien piensa que las mentes infantiles, más delicadas, más maleables, necesitan ser protegidas de estos libros que aparentemente fueron planteados desde la inocencia, y que algunos ven que precisamente no se escribieron desde ese enfoque. Si lo pensamos hay muchísimos cuentos que no esconden una maldad que raya el sadismo (hay mucha historia gore rulando por ahí). Pero no nos desviemos. Alicia en el país de las maravillas, prohibido en la provincia china de Hunan en 1931, es un caso de los casos de censura más estrambóticos. Fue el general Ho Chien, quien consideró inaceptable que los animales del libro hablaran y se comportaran como los seres humanos. Consideraba que colocar a humanos y a animales en el mismo nivel sería desastroso para China. Y menos mal que no cayó en sus manos Rebelión en la granja porque le habría dado un patatús. La ley que prohíbe leer el libro de Lewis Carroll se mantiene hasta nuestros días, por lo que en la zona se recomienda no leer el libro para evitar problemas con las autoridades.




El código Da Vinci. Hace años el cardenal de Génova Tarcisio Bertone instó al mundo católico a no leer ni comprar el libro Código Da Vinci,  por ser “un intento deliberado de desacreditar a la Iglesia Católica mediante falsificaciones absurdas y vulgares”. El cardenal italiano, ex miembro de la Congregación de la Doctrina de la Fe calificó el best seller como “un castillo de mentiras” y “un texto lleno de imprecisiones históricas”, que se enmarca en una estrategia para “divulgar por el mundo un castillo de blasfemias. Y todo porque el escritor norteamericano Dan Brown desarrolla en su novela la idea de que la Iglesia ha ocultado durante siglos que Jesucristo tuvo un hijo con María Magdalena, señalada como ex prostituta. Es este pasaje del libro el que ha indignado a muchos cristianos además de haber sido descartado por historiadores y teólogos.

Harry Potter. Otro caso célebre de libro infantil censurado es la saga de Harry Potter. Que las aventuras del joven mago sean censuradas en los Emiratos Árabes bajo la acusación de incentivar a la brujería quizá no sorprenda tanto como las numerosas batallas legales que el primer tomo de la saga tuvo que afrontar en sus comienzos en EEUU, el país de las libertades y de la doble moral. Esta censura se extendió a Canadá, donde una escuela exigió autorización a los padres para que los alumnos pudieran leer unas aventuras que para muchos eran apología no solo de brujería, sino también de magia negra y de satanismo. En Alamogordo, Nuevo México, varios cientos de miembros de la Iglesia de la Comunidad de Cristo incineraron una treintena de ejemplares mientras cantaban himnos religiosos. Para el Pastor Jack Brock Harry Potter era el demonio.

1984. Es una novela política de ficción distópica, escrita por George Orwell entre 1947 y 1948 y publicada el 8 de junio de 1949. La novela introdujo los conceptos del omnipresente y vigilante Gran Hermano o Hermano Mayor, de la notoria habitación 101, de la ubicua policía del Pensamiento y de la neolengua, adaptación del inglés en la que se reduce y se transforma el léxico con fines represivos, basándose en el principio de que lo que no forma parte de la lengua, no puede ser pensado.
El término «orwelliano» se ha convertido en sinónimo de las sociedades u organizaciones que reproducen actitudes totalitarias y represoras como las representadas en la novela. La novela fue un éxito en términos de ventas y se ha convertido en uno de los más influyentes libros del siglo XX.
Se le considera como una de las obras cumbre de la trilogía de las distopías de principios del siglo XX junto a la novela de Aldous Huxley Un mundo feliz y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Todas muy criticadas por su contenido político.

El Decamerón. Fue la primera obra en prosa escrita en italiano, idioma romance. La iglesia católica, a través de la Inquisición, incluyó este libro entre los prohibidos. A pesar de esta inclusión en la nómina del Index librorum prohibitorum, la de Bocaccio constituyó una de las lecturas preferidas por los clérigos.
Quizá el secreto del éxito de la más representativa obra de la Edad Media se encuentre en algunos de sus fragmentos. Sus pasajes sobre la sensualidad, que resultaban escandalosas para muchos, eran divertidos para otros y en general daban una percepción del género femenino que no se ceñía con la realidad de aquellos tiempos. En alguna medida la obra contribuyó al control que se ejercía sobre la mujer y representa la mentalidad del hombre en la edad Media.

Fuentes:
Wikipedia.

Google imágenes.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

El que censuró "Alicia en el país de las maravillas" porque los animales hablaban... ¡si viera la película Cars le daría un patatús!

Yo reconozco que en su día me leí "El Código Da Vinci" porque en el colegio (de monjas) al que iba nos recomendaron no leerlo. Yo siempre igual, ¡nadando a contracorriente!

Hace un tiempito me descargué 1984 y no he tenido la ocasión de leerlo, ¡y eso que cada vez que leo algo sobre él me dan muchas ganas! (pero se me olvida que lo tengo en el ordenador)

¡Muy buen post! ¡Me encantó!

Anónimo dijo...

(Que sepas que hoy me he puesto a leerlo... ¡es muy bueno! Me encanta)

Ana Bohemia dijo...

Hola Alury, me leí 1984 hace ya algún tiempo y no me dio la sensación de estar leyendo un libro del año 1948 (salvo en algunos aspectos), creo que es un libro que no deja indiferente, que te hace rumiarlo un par de días. A mí me gustó también.
que bien que no lo dejes pendiente.
¿Y leiste El código Da Vinci sólo por contradecir a las monjas?, jaja, pobre Dan Brown, la verdad que tampoco era para tanto.
La magia Disney no sólo hace hablar a los animales y a los coches, también a teteras, aviones y demás mobiliario, ¡cómo para volver locos a los censores de Hunan!
Muchas gracias por acercarte al blog y por comentar. Saludos, ¡feliz semana!
:)

Raquel dijo...

Siempre hay una razón estúpida para prohibir. Lo que es chocante es que se lleguen a censurar libros sólo por lo que pueda esconder un inofensivo título, como el de Black Beauty, o algunos directamente sin motivos, simplemente porque sí.
Me ha resultado muy interesante esta entrada, Anita.
Un beso :)

Ana Bohemia dijo...

Hola Raque, y tanto que es chocante, ni siquiera se toman la molestia de leerlos, los prohíben porque ya sólo el título puede (en teoría) provocar controversia.
Me alegro mucho que te haya resultado interesante la entrada.
Un beso
;)

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