Las islas Georgias del Sur constituyen
un archipiélago del conjunto denominado Antillas del Sur en el océano Atlántico
Sur, que las integra en el Territorio Británico de Ultramar de las islas
Georgias del Sur y Sandwich del Sur. Son reclamadas por la República Argentina
como parte integral de su territorio, agrupándolas en el departamento Islas del
Atlántico Sur de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del
Atlántico Sur.
Están situadas entre los paralelos 54°
y 55° Sur y los meridianos 35°45' y 38°23' Oeste, a unos 1300 km al sudeste de
las islas Malvinas y a 1700 km al este de la isla de Los Estados. Poseen una
extensión de 3850 km².
El archipiélago principal está formado
por la isla Georgia del Sur, también denominada San Pedro, de 160 km de largo y
30 km de ancho promedio, y por un grupo de islas e islotes mucho más pequeños.
Su geografía presenta paisajes
magníficos por sus contrastes: colinas y montañas abruptas y elevadas, cumbres
emergidas, nieve y fiordos.
Esta remota isla cuenta con tan solo
una población de 25 habitantes. Alguna vez utilizada como puerto para la
cacería de ballenas, hoy es un santuario de la vida silvestre que permanece
lejos de toda "civilización"
Un iceberg moteado de pingüinos flota majestuoso junto a las costas de Georgia del Sur. Este remoto territorio situado en el lejano Atlántico Sur es un refugio para millones de aves y mamíferos marinos.
Sumamente ágil para su tamaño (llega hasta los 4,50 metros de largo y puede pesar más de 450 kilos de peso), la foca leopardo es un depredador formidable, cuya boca a menudo está manchada de sangre de pingüinos y de otras focas.
Unos petreles gigantes patrullan la playa, abarrotada de pingüinos reales y elefantes marinos, de la bahía Saint Andrews. Durante la época de cría, Georgia del Sur alberga la población más densa de mamíferos marinos del planeta.
El viejo Petrel sigue anclado en la abandonada estación ballenera de Grytviken. Barcos pesqueros como éste llevaron al borde de la extinción a algunas especies de ballena y casi exterminaron a la azul. En la década de 1960 ya casi no había nada que cazar.
Un albatros tiznado contempla la bahía Gold Harbour. Los individuos de esta especie pueden vivir más de 40 años, por lo que esta ave ha podido ser testigo de un cambio en el paisaje.
Planeando con sus dos metros de envergadura alar, una pareja de albatros tiznados sobrevuela los acantilados de Gold Harbour, donde anidan estas aves. Casi un tercio de la población mundial de esta especie nidifica en Georgia del Sur.
El krill, alimento principal del pingüino y base de toda la cadena alimentaria antártica, depende del fitoplancton que prolifera en la cara inferior del hielo marino. En los últimos años la banquisa ha retrocedido en las aguas del oeste de la península Antártica, lugar de procedencia del krill de Georgia del Sur.
Un escuadrón de pingüinos juanito surca las aguas del fiordo Drygalski. A diferencia de los pingüinos verdaderamente antárticos, el juanito prefiere climas más templados. A medida que los océanos se calientan, esta especie prospera y extiende hacia el sur su área de distribución.
Pingüinos juanito y pingüinos barbijos contemplan una flotilla de pequeños icebergs en la bahía Cooper, en la parte meridional de Georgia del Sur. En 2004 un brote de cólera aviar diezmó la población de barbijos.
Los pingüinos rey atestan las orillas de un río alimentado por agua de glaciar, en la bahía de San Andrés. Con 450.000 parejas en la isla, Georgia del Sur es un bastión de esta especie.
El lobo marino antártico pasa el invierno en el mar y sube a la costa en verano para aparearse. La caza había reducido peligrosamente su número, pero actualmente la especie suma millones de ejemplares, el 95 % de los cuales recala en las playas de Georgia del Sur para reproducirse.
Con alas que pueden alcanzar más de tres metros y medio de envergadura, el albatros viajero pasa la mayor parte de su vida en el mar y sólo vuelve a tierra para el cortejo y la reproducción.
Ágiles y ligeros, los lobos marinos antárticos se impulsan en el agua con las potentes aletas frontales, y utilizan las caudales, más pequeñas, como timones.
Un macho de elefante marino emerge de las olas en la bahía Fortuna. Durante la temporada de cría los machos se enzarzan en sangrientas luchas por el predominio y convierten las playas de Georgia del Sur en campos de batalla.
Fuentes:
Wikipedia
Hace unos cuantos días asistí a una
charla en el espacio cultural Aguere, el invitado era Sebastián Álvaro, el que
fue director del programa Al filo de lo
imposible, periodista y aventurero. Oyéndole fue como me enteré de que
existían unas islitas llamadas Georgias del Sur. Las fotos de la presentación
me gustaron mucho y mi curiosidad me empujó mas tarde a indagar en internet. Y
de ahí a esta entrada. Me pareció un lugar muy bonito con una gran vida silvestre y pensé
que merecía aparecer en mi mapamundi.
En cuanto a la presentación fue larga
pero estuvo muy bien, fue muy didáctica porque no trató sólo de alpinismo o de programas
de televisión, sino de vida, de filosofías, de fortalezas. Recomiendo al que no
conozca a este inquieto trotamundos que se pase por su blog y lea sus artículos. Hay poesía en lo que hace y en
como piensa. Me gustó ese hombre que se pone al límite, al que le gusta subir
montañas e ir más allá, y vivir al margen del mundo en lugares donde el tiempo
se detiene, donde los sueños se cumplen y las metas se alcanzan, pero donde
también se sufre, se pasa penalidades y se pierde. Me gustó que hablara de sus más
de 200 expediciones pero también de otros exploradores como Mallory o
Shackelton. “Ninguna ascensión es obra de
un solo hombre. Detrás de ellos se apiñan las sombras de otros que antes lo han
intentado y fracasado. Su fracaso les ha enriquecido y miran con orgullo y
respeto a los que han vencido”, parafraseó él a Charles Houston, un
alpinista, aunque también pronunció frases de Shakespeare y letras de canciones
euskeras y de Serrat, hasta las cantó. De fracasos también habló, y de perdidas
humanas, los mas de 27 amigos muertos por seguir un sueño delirante del hombre que
pretende ir adonde nadie ha ido, subir donde no se puede, y comerse el mundo
porque les apetece. Pero la montaña es cruel y los fuertes también caen. Imagino
que ese riesgo, ese vivir al filo debe tener algo que engancha, algo que se te
mete en la sangre, que aunque te hace medir los peligros, te contagia la pasión
por la aventura.
4 comentarios:
Ana. Gracias por éste post. El archipiélago de las Sandwich, Geogias del Sur e islas Malvinas, pertenecen a Argentina y fueron usurpadas por el imperio colonialista del Reino Unido.
Estos piratas los cuales tambien se apropiaron del Peñon de Gibraltar, en España y fueron y serán parásitos que por medio de la fuerza aún hoy en día creen ser jueces y pueden invadir cualquier país con la escusa que defienden la libertad. No quieren negociar, la ONU en muchisimas oportunidades los obligo a una mesa de negociación, pero como todo pirata y ladron no aceptan negociación alguna. Son colonialistas siglo xxl, y no quieren reconocer la soberanía Argentina en el Atlantico sur. Además lo estan convirtiendo en un sitio con armamento nuclear y explotación de hidrocarburo sin importarles la contaminación en un lugar tan libre de toda polución.
Hermosas las fotografías que publicaste. Gracias amiga una vez más por tu post.
Un fuerte abrazo.
Gracias a ti por leerme y acercarte a mi blog.
Mi apoyo para Argentina porque se trata de un robo en toda regla. Como dices da asco estos colonialistas con sus trampas y sus politiqueos. De momento lo veo dificil especialmente por la idiosincracia inglesa, tan arraigados a sus costumbres, tan poco dados al cambio, tan circunscritos a sus ideas, a ver si entran en razón.
Es una pena que exploten y contaminen este lugar tan bonito pero mas preocupante es que lo conviertan en un sitio con armamento nuclear.
Un fuerte abrazo
Preciosas fotos. Lo que de verdad me ha impactado es el mapa de la cabecera. Me encantan esos planos marítimos con ballenas, sirenas y algún que otro barco arrastrado por un calamar gigante al estilo de Herman Melville.
Saludos. Borgo.
Hola Miquel, un sitio precioso Gerogias del Sur.
Esos mapas tienen su encanto, esas ilustraciones viejas nos arrastran a otras épocas, a otras maneras de concebir el mundo.
Saludos
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