sábado, 16 de septiembre de 2017

El despertador humano


 

Seguro que tú también te lo has preguntado, pero antes de la invención del despertador –un invento que podríamos denominar de reciente creación (apenas tres siglos)–, ¿cómo se levantaban de la cama a tiempo?

Buceando en información recopilada, y según consta, en 1787 el relojero Levi Hutchins movido no solo por el ingenio, sino por los imperativos de su oficio (mientras sus coetáneos se levantaban con la salida del sol, el señor Levi debía hacerlo a las 4 de la mañana, lo que obviamente le impedía valerse para estos fines de la luz del astro rey), añadió un mecanismo de apariencia trivial a la manecilla pequeña de su reloj que activaba una campanilla cuando llegaba a una hora determinada, creando así el primer despertador tecnológico de la historia. Porque si hablamos de despertadores, tenemos que mencionar que ya existían ingenios elaborados en diferentes épocas y lugares destinados a medir y a avisar del tiempo trascurrido: la clepsidra, de origen mesopotámico que delimitaba fracciones de tiempo, según lo que tarda una cantidad de agua en pasar de un recipiente a otro de iguales dimensiones; el reloj de sol egipcio, vinculado en principio a funciones sacerdotales; el pájaro mecánico inventado por los griegos (250 a.C.), que sonaba cuando subían la mareas; los campanarios de las iglesias comunales que tañían, en los albores del mercantilismo (siglo XII), al ritmo de las actividades de comerciantes y artesanos; el reloj de arena usado para establecer la duración de las misas (siglo XVI), o el cuerno utilizado por los encargados para despertar a los trabajadores de los talleres en los distritos textiles ingleses (siglo XVI).

Pero hoy te quiero hablar del más curioso de todos: el despertador humano.
Hace ya varios años, cuando el avance tecnológico aún iba lento, trabajar en las ciudades era una costumbre muy popular y la gente vivía a partir de horarios establecidos en vez de horarios “naturales”, como se usaba en trabajos de campo.


Por el año de 1920 aún no existían los relojes despertadores, por lo que la sociedad tuvo que acudir a una solución más simple: pedirle a alguien que les tocara la puerta por la mañana.
El knocker-upper fue una profesión durante la Revolución Industrial en Inglaterra e Irlanda alrededor de 1920 y su trabajo consistía en despertar a la gente para que llegaran a sus respectivos trabajos a tiempo.
No era tan sencillo, los que se dedicaban a esto tenían herramientas especiales, utilizaban una vara para golpear la puerta de sus clientes o arrojaban piedras a sus ventanas. A ellos les pagaban de manera semanal y ni siquiera se cercioraban de que el cliente hubiera despertado. Cuando el cliente vivía en un edificio alto, el despertador golpeaba hasta la ventana con una vara lo suficientemente larga.
Muchas personas que se dedicaban a esto, en especial en las ciudades más desarrolladas como Manchester, eran hombres y mujeres viejos y algunos oficiales que buscaban ganar un dinero extra.

Cabe destacar que Charles Dickens hace mención de esta curiosa costumbre en su libro “Grandes Esperanzas”. Un oficio de ayer que ya no tiene tiempo ni sitio en la sociedad de hoy.



Fuentes:

5 comentarios:

lopillas dijo...

Ja qué curioso. Oficios que dejan de existir, tan comentado hoy en día con el auge de las nuevas tecnologías. Pues - como tú nos muestras-, ya vemos que esto ha sido un continuo en el avance de la vida.
Besitos Bohemia!

Montse dijo...

¡Qué curioso eso del despertador humano! La verdad es que la idea era muy buena y aficaz, lástima que los relojes acabaran con ella.
Hay muchos oficios que han desaparecido con el tiempo, ya sea por las nuevas tecnologías o por el desuso de los elementos, como las cesterías, sillerías, barberos a domicilio. Sobre esto último es que recuerdo que a mi abuelo lo venía a afeitar un barbero ¡a navaja! y yo me quedaba embobada mirando el arte que tenía el hombre con la navaja de afeitar.
Siempre nos cuentas cosas muy interesanes, Ana.
Besitos.

ana dijo...

Fantástica información, ahora con tanta tecnología, no creemos que todo ha sido sencillo. Un abrazo

miquel zueras dijo...

Curiosa profesión, el antecedente de aquel servicio de telefónica (creo que ya no existe) que te llamaban para despertarte.
Yo suelo utilizar a veces el despertador indio, el beber mucha agua antes de acostarme. Así lo hacían los indios para levantarse al alba antes de una batalla. Desde que los móviles tienen despertador se solucionó el problema.
Saludos!
Borgo.

Ana Bohemia dijo...

Hola Lopillas, ¿y cuantos empleos quedarán obsoletos al acabar este siglo? Yo te apuesto que muchos serán sustituidos por tecnologías de inteligencia artificial, ya verás, mas automatización seguro, pero hay algo que una máquina nunca podrá hacer y es soñar, inventar. Como dices es el continuo avance de la vida...
Besotes
:D

Hola Montse, jaja, eficaz seguro, con esas varas pegando en las ventanas,¡que despertar mas agradable! Que bonitos recuerdos los tuyos de tu abuelo afeitándose a navaja, ahora muchos tienen afeitadoras eléctricas, es el orden de las cosas supongo, hay muchos trabajos artesanos muy bonitos que ya están en vías de extinción, pero ya hay cosas que no salen rentables, es así.
Un abrazo
:D

Hola Ana, gracias, es interesante mirar atrás y ver como sobrevivían nuestros abuelos sin tanta máquina, sin tanta conexión, sin tantas facilidades.
Un abrazo
:D

Hola Miquel, recuerdo haber visto un capitulo de Los Simpsons en el que Bart ponía en práctica el despertador indio porque era navidad y acabó quemando los regalos de la familia, quería buscar el vídeo pero ni rastro, así que gracias por mencionarlo. Creo que hay muchos que ponen en práctica ese despertador natural, jaja, demasiado natural y molesto me parece, pero muy efectivo.
Saludos!
:D

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