sábado, 4 de junio de 2011

Sólo un sueño

Sus manos eran calientes y secas, pero no eran ásperas, eran delicadas, envolventes, y extrañamente amigas. Él era tan seductor que ella no supo como reaccionar. La había agarrado de la mano, quería que la acompañara al centro de la pista, la estaba invitando a bailar. Indecisa se había mordido el labio con fuerza hasta hacerse daño, pero no porque no quisiera moverse hasta allí, era sólo que estaba dentro de un sueño y creía que si se movía, que si hablaba, que si hacía algo, se despertaría. Y no quería despertar… ¡no de aquel sueño!

Él la había sonreído y lo había vuelto a hacer un par de veces aquella noche, como un hipnotizador que no es consciente de su poder. Sin saberlo estaba provocando un completo cataclismo en ella, una hecatombe interior: su corazón, su sangre, su respiración estaban trabajando a ritmo de seísmo. Intentó tranquilizarse pero suspiró, y aquel suspiro traidor alertó a su acompañante de que algo estaba sucediendo, algo ocurría en ella. Quizás pensó que era hambre o sed, o simplemente un sí, una contestación, y tiró de ella asintiendo…
Rendida se encontró de pronto entre aquellos brazos fuertes, un cortafuegos para un incendio que no había hecho mas que prender. Titubeo pero dejó caer su cabeza sobre aquel hombro firme, en donde encontró un mullido lugar para soñar despierta. La hoguera de sus venas calentaba sus mejillas. En su estomago un batallón de mariposas aleteaban como locas, alborotadas y descontroladas. Él olía tan suave, despedía un aroma tan cuidado, una fragancia dulce y limpia en donde era tan fácil sumirse que eso hizo, sucumbir. Cerró los ojos, apretó los parpados, una silenciosa plegaria para que aquello no acabase. La música crecía, envolviéndoles en una nube rosa. Se movían, porque la cabeza le daba vueltas. Se desplazaban alrededor de la pista deslizándose en círculos, algo la impulsaba, supuso que sus pies, pero ella no era consciente de poder moverlos. ¿Estaban en una nube o era sólo que la tierra ya no era estable? Se aferró a él fascinada por sentirse así, y animada por la curiosidad abrió los ojos. La tierra seguía bajo sus pies, aunque todo volvió a temblar cuando él la miró, cuando sus ojos azules relampaguearon, cuando se introdujo lentamente en su conciencia, un viaje hacía el centro de su cerebro, ese que bloqueado se negaba a aceptar que el chico más guapo de todo el lugar la estuviera apretando contra su pecho, a ella, la chica del aparato dental y el traje verde que había sido de su madre. Paralizada no supo que hacer, no esperaba que él acercara su boca a la suya, y sintió miedo, reparo. ¿Le gustaría besarla? ¿Sabría ella hacerlo? Nunca había besado a nadie…

Él lo percibió y se detuvo aunque la música seguía sonando, tan romántica y apasionada que era desquiciante oírla. Ella sintió miedo, miedo al vacío, al rechazo, a sentirse fría otra vez. No quería renunciar al calor ahora que sabía que existía y preocupada se llevó las manos a la boca, para ocultarse.
-¿Es por eso?- señaló él a su aparato y no hizo falta responder.
Bajó la vista, pero él la cogió dulcemente por el mentón y a tientas busco sus labios con los suyos. La suave presión la ruborizó cuando definitivamente él la rodeó con sus brazos, repitiendo el atrevimiento un par de veces.
¡Y ella creyendo que era un sueño! Definitivamente los sueños no se sentían así, no olían así, no la devoraban así.



Bailaron y se besaron toda la noche, y esta fue su especial banda sonora:



1.- The Way You Look Tonight. 2.- Kissing A Fool. 3.- Feeling Good. 4.-Try a Little Tenderness.  5.- You don't know me. 6.- Cry Me A River. 7.- Me And Mrs Jones. 8.-Some kind of wonderful. 9.- Hold On. 10.- I've Got You Under My Skin.

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