Este
año me perdí, me perdí en medio de un gran vacío, y en vez de caer, seguí ahí,
flotando, en un espacio en blanco e infinito, tan inmenso que no parecía haber
nada hasta que de pronto la vi, una puerta que se abría, otra se había cerrado
con ruido, pero en vez de sentirme fuera me encontré dentro de algo nuevo, y un
pensamiento se formó ante mí como un hechizo de magia, salían chispas doradas y
humo de colores que se elevaba culebreando hasta un cielo lleno de estrellas,
colmado de deseos. Los colores me hicieron respirar aliviada, feliz y tranquila,
eran vivos, brillantes y tan intensos que no parecían de este mundo. Había sido
gris, un poco azul, pero de pronto era rojo, rosa, naranja… ¡verde! Los toqué
con mis dedos, se hicieron reales, fueron mis talismanes, tuve algunas visiones
pero no del futuro, era mi pasado, era mi paso por este año raro que me ha
dejado varios sabores en el paladar a los que habría que inventarles un nombre.
Me he sentido frágil pero el tiempo me ha enseñado cosas nuevas, me ha puesto a
prueba y seguirá poniéndome, es la lección que me deja el 2018, aún sigo siendo
una alumna, tengo mucho, mucho que aprender, lo digo con la humildad del que
cae y se tiene que levantar, pero seguiré caminando, envolviéndome de colores, buscando
un rumbo, haciendo mi camino, sintiéndome más bohemia, mas errante, mas trotamundi
que nunca…
Tengo
ganas de seguir cuidando a mi pequeño planeta, de seguir dejando mis huellas,
de esparcir mis letras, de regar con risas y amor a los que me rodean, te invito a ti a que me
acompañes, ¿tomas mi mano?, ¡viajaremos lejos!
¡¡¡2019 ALLÁ VOY!!!
Música: Lindsey
Stirling - Take Flight