Mi
vena bohemia palpita en noches como esta, hay algo que se despierta, que toma
consciencia de lo que es el tiempo y del valor que tiene, del valor que al fin
y al cabo le concedemos. Despedimos años. Empezamos años. Lo hacemos llenos de ilusión
y propósitos, y nos llenamos la cabeza con planes en esa falsa tranquilidad de contar
con todas las horas, todos los segundos que queramos, sin darnos cuenta que no
debemos dejar que pase el tiempo en balde porque es algo que no se puede
recuperar. Lo que hay que aprender del tiempo es que “es un maestro”, y que “cura
lo que la razón en vano procura”, que “es como el viento, arrastra lo liviano y
deja lo que pesa”, así que mi consejo es que te centres en lo que pesa, y que hagas
que pese mucho, vivir, amar, reír, disfrutar, seguir sumando experiencias y
recuerdos. ¡Por un gran 2018!
¡¡2018, ALLÁ VOY!!