Les
separan sólo dos pasos, una fracción de segundo, medio mundo para un perezoso,
un vasto universo para un insecto, y quizá a ojos de una bacteria una llanura
vertiginosa. ¿Qué representa ese espacio entonces? Si lo medimos y calculamos
según tan grande o pequeño seas todo es muy relativo: para un humano medio el
impulso de una articulación, algo mecánico y sencillo; para ese ser
microscópico puede que sea una extensión sólo apta para atrevidos, un viaje
extraterrestre, la expedición que te pone a prueba. Pero son sólo dos pasos, y
ellos dos humanos normales y corrientes, una chica y un chico, anatómicamente
parecidos, mentalmente desiguales. Quién los ve de lejos ve que están de pie,
cómo dos duelistas o cómo dos amigos, no se sabe; se miran, se piensan, parecen
indecisos y torpes. La electricidad que les rodea es azulada como los impulsos
de esas articulaciones que ninguno de los dos se atreve a mover. Hay una
historia común que les ata pero ya parece que nada les une, sin embargo la
historia está dibujada en sus retinas y desdibujada en sus sonrisas tristes. Es
una vieja historia, así de relativo es el tiempo para ambos, está escrito en
pretérito imperfecto. "Yo era porque tú eras... pero ya no eres."
Son
sólo dos pasos y ninguno quiere hablar, parece poco pero es mucho; les parece
tan insalvable la distancia porque ya no están en el mismo mundo. Son sólo dos
pasos pero hay una increíble galaxia de por medio. Ahora, en medio de la nada y
en medio de todo, ya no son una chica y un chico, sino dos extraterrestres que
no se reconocen.
Música: No Doubt -
Don't Speak (Hannah Trigwell ft. Daniel of Boyce Avenue)