Isabel Allende dice que “la felicidad es
jabonosa, se escurre entre los dedos, pero a los problemas uno puede aferrarse,
tienen asidero, son ásperos, duros”.
Preocuparse es algo innato en el ser
humano, lo llevamos en nuestra naturaleza, nos preocupa el no saber, el no
tener, nos inquieta la espera, o la incertidumbre, nos afecta el miedo a lo
inesperado, al descontrol, a esa sensación de que todo puede cambiar en una
fracción de segundo, y eso también nos preocupa, los cambios.
El problema de preocupamos surge cuando
esto se convierte en una constante en nuestra vida o cuando tendemos a
adelantarnos a los acontecimientos. Preocuparse
no soluciona los problemas, tan solo genera estrés y ansiedad.
A
veces no nos damos cuenta de qué nos preocupamos sin motivo, causándonos a
nosotros mismos una ansiedad que nos afecta a muchos niveles. Cuando nos preocupamos, tratamos de
adelantar en nuestros pensamientos aquello que tememos que nos pueda suceder,
creyendo de esta forma que podemos intervenir y que de alguna manera podremos
evitarlo. En definitiva, a través de la
preocupación creemos que en parte podemos controlar los acontecimientos y
circunstancias de nuestra vida, nos creemos que estamos haciendo algo para
solucionar lo que nos inquieta, cuando realmente sólo conseguimos ponernos más
nerviosos.
Algunas personas, tienen una tendencia a
estar constantemente preocupadas, bien porque así lo han vivido y aprendido de
sus progenitores o bien porque forma parte de su carácter, personas temerosas
que necesitan tenerlo todo controlado, pero que sobre todo, viven con miedo a
lo que les pueda suceder.
Ante
la falta de control de las preocupaciones, podemos empezar a sufrir estrés y
ansiedad, nos bloqueamos y eso nos crea tensiones y mal humor, afectándonos no
sólo a nuestro estado de ánimo sino también al rendimiento profesional y a las
relaciones personales y sociales.
La mayoría de las veces, las
preocupaciones están justificadas y es lógico preocuparse por un problema que
está sucediendo o que realmente va a suceder. Pero, otras veces, nos adelantamos a los acontecimientos y nos angustiamos
por hechos o cosas que lo más probable es que no sucedan.
Preocuparse
en exceso no conduce a nada, es algo inútil. Por ello, es muy importante romper esta tendencia a
preocuparse por cualquier cosa y aprender a controlar estos pensamientos y
sentimientos.
Es
importante NO adoptar una actitud derrotista: Si creemos que eso no tiene solución o que vamos a fracasar
en el intento de solucionarlo, estamos reduciendo las posibilidades que tenemos
de arreglarlo debido a nuestra actitud negativa y derrotista.
SI
que es importante adoptar una actitud positiva: Cuando pensamos que todo va a salir
bien, nos sentimos confiados, seguro de nosotros mismos y, por tanto,
convencidos de que hay solución a nuestros problemas. Esta actitud es garantía
de un resultado exitoso y favorable a nuestros deseos, pues nos predispone a la
lucha, a mantener una actitud activa y a no dejarnos llevar por el desánimo.
LO
MEJOR ES buscar soluciones:
La mejor es buscar si aquello que nos preocupa tiene o no solución. Si la tuviese
hemos de actuar activamente, buscando la mejor solución y si, por el contrario,
estamos preocupados por algo inevitable que no se puede solucionar, entonces
debemos asumirlo cuanto antes y no atormentarnos pensando constantemente en
ello.
ES
IMPORTANTE NO anticiparnos:
No suframos innecesariamente, ni por gusto, puede que eso que nos preocupa
nunca llegue a ocurrir. Ante estas circunstancias, la mejor actitud es huir de
estos pensamientos y ocupar rápidamente nuestra mente en otros menesteres.
Recuerda, es mejor no preocuparse por algo
que puede o no suceder. No atraigas pensamientos negativos sobre lo que te podría
ocurrir como una enfermedad, un accidente, quedarse en paro, etc. Esto sólo
conseguirá alterarte y provocarte ansiedad, e incluso podría llegar a
desestabilizarte emocionalmente.
Aprende
a controlar tus emociones, así tus pensamientos y sentimientos no te afectarán
negativamente. Haz que tu mente esté ocupada siempre en algo útil.
Fuentes:
3 comentarios:
Tu consejo es fantástico y de gran ayuda.
Ya sabes que hace poco pasé un estado de ansiedad por mis preocupaciones con el trabajo, quedarme en el paro a mi edad es un problema, y lo cierto es que al final conseguí estabilizarme, alejar ese estado negativo y limitarme a quedar a la espera de los acontecimientos mucho más relajada, aunque no exenta de preocupación.
La frase de Duke Ellington me viene como anillo al dedo :)
Mil besos, preciosa!!
Un buen artículo, Ana. Nos viene bien a todos.
Gracias por los consejos y nada: CARPE DIEM.
Un gran abrazo:
Carol
Hola Montse, te entiendo muy bien, a veces no controlamos nuestros estado anímicos por mucho que nos esforcemos, y claro te dejas llevar por el estado de ansiedad y preocupación que sólo consiguen que caigas en el nerviosismo que encima no ayuda para nada a mejorar el problema.
Me alegra saber que a pesar de lo que has pasado, de la incertidumbre por ese cambio tan grande en tu vida que es perder un empleo a determinada edad has podido estabilizarte y alejar lo negativo. No significa que veamos los problemas pero podemos enfrentarlos desde otro enfoque, con calma y aportando una visión que la ansiedad no nos deja ver.
Esas frases son geniales, y nos vienen bien leerlas para aliviar un poco nuestras cargas.Un abrazo enorme
:D
Hola Carol, gracias, y gracias a ti por ese CARPE DIEM que hay que vivir con toda la intensidad.
Un abrazo de gigante
;)
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