El
sol que entra por la ventana es una franja dorada llena de partículas de luz
que flotan hasta mi nariz y me provocan un violento estornudo. Eso me hace cerrar
los ojos por un segundo, y su imagen, recortada contra la ventana luminosa, se hace
imprecisa y borrosa. Lleva un vestido blanco que recoge hasta su cintura, no lo
quiere pisar mientras trata de alcanzar una uva de la parra que crece sobre el
tejadillo del balcón. La veo hacer equilibrios y me sobresalto, ella que me
hace sentir la tierra bajo los pies también me provoca cierta sensación de
vértigo, como si me aguardara un abismo a punto de abrirse, a punto de hacerme caer
sin freno y sin control hasta las entrañas más oscuras del infierno, quizá sólo
sea el miedo a que acabe, a que todo se esfume, a que este instante deje de
existir, o quizá sea ese deseo atroz de protegerla.
La
miro con ojos muy abiertos. Es hermosa y
sugerente, tanto que mi pecho aletea y siento un flujo de sangre llegar hasta
mis mejillas. Nunca le he dicho la verdad de quien soy, ¡es tan dulce y tan
inocente y tan plácida nuestra vida aquí!, que temo que involucrarla en mi
pasado sólo haría explotar esa hermosa burbuja, y no quiero eso, ¡no!, por nada
del mundo. La verdad es que quisiera que todo fuese siempre bonito, como su
risa y su cuerpo bronceado, ahí, acariciado por la luz del día en ese balcón
con vistas al Mediterráneo.
Quisiera
que todos los días fuesen como el de ayer, paseando por la pálida arena con la
sal del mar en los labios, palpitando al acariciarnos tumbados en la playa,
manos enlazadas y risas al unísono, dejando a las retinas brillar de amor y
alegría, sin pensar en nada, sin cuestionar nada. Quisiera que siempre fuese
así, ella corriendo por ese pueblo polvoriento buscando un lugar donde comprar
naranjas, y yo dejándome llevar por su locura, alimentándome sólo de su boca,
saltando cada piedra del camino para no perderle el paso.
Quisiera...
Quisiera vivir sin enemigos, ir andando sin mirar de reojo a mis espaldas, pero
sé que es imposible, me da pavor ser un iluso, vivir soñando, y tengo miedo, ¿he sido lo suficientemente
cauto?, ¿he sido lo inteligente que debería haber sido o he cometido algún
error? Sé que los errores se pagan, no dejo de pensarlo. Ella no lo sabe, no
puede ver esa lágrima tatuada porque es invisible, pero yo la siento como a una
herida abierta. Me persiguen muchos fantasmas, tantos que ella se asustaría.
Sin embargo ya he roto con todo, con el pasado y la sombra siniestra que era, toda
mi vida ha cambiado por ella y por mí mismo, por ese mal karma que me hacía
tener mal cuerpo siempre, pero, ¿he borrado mi rastro? La inquietud de un mal presentimiento
me hace buscarla con los ojos, ahí balanceándose sobre el balcón, divertida,
jugando como una niña despreocupada, con el jugo de la uva manchando su
barbilla. Lo daría todo porque ese momento se detuviera. Y se detiene. Algo
cambia en el viento, mis años de experiencia me hacen reconocer lo que está
pasando. Ella me mira, su expresión es la misma pero su entrecejo se arruga, el
color de su vestido cambia a la altura del pecho, no he oído la bala pero he
sentido su silbido, y todo se hace rojo, rojo porque mi pasado se ha presentado
y nos está disparando.
Música: Leiva-Como
si fueras a morir mañana
6 comentarios:
Que texto tan hermoso, Bohemia. Lograste transmitirme la paz que sentía él y el dolor de ese final cruel. Me ha encantado.
Besitos!
En algún momento en tu vida, tu pasado vuelve a tí, aunque tú no lo quieras. Y siempre es cuando menos te lo esperas. El fantasma del pasado siempre vuelve, Ana.
Al menos le ha dejado un bonito recuerdo.
Besos!
Borgo.
Un texto precioso, lleno de ternura y de gran verdad, porque el pasado es esa mochila que siempre nos acompaña y que aunque no queramos tarde o temprano termina por abrirse y sacarlo todo.
Un beso grande.
Gracias Lo pillas, un besote y feliz semana santa.
:)
Gracias Miquel, los fantasmas pasados son los peores, no descansan y no olvidan.
Que disfrutes de la semana santa.
Un abrazo ;)
Gracias Montse, es cierto, a veces llenamos tanto esa mochila que se rompe y deja ver cosas que no nos gustan. Feliz semana santa. Un beso. :)
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