Alguna
vez he hablado de este peculiar planeta que es Bohemio Mundi, de su olor a
tinta, a nube rosa, helado de limón y té de menta. La geología de su corteza
terrestre es bastante peculiar, todo crece, se expande, la energía de su núcleo
ya no parpadea como al principio, ahora la fuerza y el calor son constantes,
tiene vida, aunque hay circunstancias muy irregulares pues su naturaleza es
harto curiosa, y entre otras cosas las curvaturas de sus ríos se enroscan a placer
sin que nada lo provoque. La orogénesis no responde a fenómenos naturales,
volcánicos o tectónicos, hay algo más. Hay un ente, se la oye hablar como si
recitara, ese ente es el que provoca las mareas del Mundi puesto que la verdad
es que no hay satélites ni astros ni atracción en el Universo más que una magia
extraña provocada por una especie de varita con una mina de grafito en la punta.
Por si te lo cuestionas, la realidad es que los ríos se enroscan cuando ella
estornuda.
Cada
once años el Mundi sufre una transformación, parecida a la de los humanos cuando
envejecen que aparecen surcos, canas, o líneas de expresión, y es la siguiente:
las montañas cambian de sitio, saltan brincan, juegan... ¿Cuál es el propósito?
Nadie lo sabe, pero pasa. Cada once años y durante once horas. Ya lo predijo
una astróloga/quiromántica/clarividente/agorera y profeta. Los once años se
cumplen hoy, y los habitantes de Bohemo Mundi, que son en su mayoría seres
inventados (aunque ellos ni se lo huelen) de papel o bits proyectados a través
de rayos catódicos, están muy alterados, algunos emocionados, por la aventura
que supondrá que te crezca un Himalaya en medio de la cocina, o -teniendo mucha
suerte- una colina en medio de la huerta tomatera, aunque afortunado va a ser el
que la casa le aparezca en lo alto de una montaña de tres mil metros con un mar
de nubes tocándole el balcón. Lo que se sabe, más bien se ha pronosticado, es
que las montañas van a seguir un patrón y así se moverán, igual que las notas
en un pentagrama tarareando el cumpleaños feliz, y eso es así porque lo dijo la
agorera y nadie la contradice, igual que nadie cuestiona que fabricación tiene once letras (te has parado a
contarlas, ¿eh?) Once, el once es un número especial…
¿Qué
se dice de este número? Pues que ofrece gran intuición y percepción espiritual,
habilidades sobrenaturales, sensibilidad maximizada, así como también empatía e
inteligencia natural, símbolo de enorme poder este es el primer número maestro
de un total de tres : 11, 22 y 33. Llegado el momento ya te diré lo que dice la
agorera sobre esto de los números repetidos…
Hoy
Bohemio Mundi cumple once años de fabricación y aún seguimos en obras. Gracias a
los bohemios visitantes y amigos por construir conmigo este planeta.
Música: "Ain't no Mountain High Enough"
5 comentarios:
Muchísimas felicidades, Ana, por ese mundo bohemio y por esos 11 años de fabricación (me he parado a contar, jeje) que espero lleguen a los 22, 33, etc.. un mundo cambiante y encantador.
Besitos!!
¡Muchas felicidades, Ana y a por muchas entradas más! En numerologia el número once simboliza la intuición y el mundo espiritual, también la unión de lo femenino y lo masculino. En el tarot el once es la carta de "La fuerza" y se asocia con la buena fortuna, y te deseo mucha.
Brsos, Ana!
Borgo.
Muchísimas gracias Montse y Miquel por ser unos bohemios reincidentes en este planeta, espero que siempre os encontréis a gusto aquí.
Un abrazo a los dos
:)
Muchas felicidades por esos 11 años de Bohemio Mundi, cómo pasa el tiempo. Vaya planeta más oroginal el tuyo, ya le gustaría al Principito haberlo encontrado en lugar del asteroide B612, sin duda se hibiera divertido y entretenido mucho más.
Por muchos años más!
¡Felicidades, Ana, y felicidades a ese mundo bohemio que has construido, universo maravilloso al que debo volver una y otra vez debido a un influjo mágico.
Feliz cumpleaños y que sean muchos más.....
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