Pisa
charcos grises en aceras grises bajo cielos grises, le acompaña el ritmo del
planeta pero no siente vértigo a pesar de la velocidad con la que todo gira, el
suelo siempre se mueve pero nadie lo percibe, las mareas suben y bajan, el sol
parpadea porque le guiña un ojo a la luna, y el aire arrastra pétalos de flores
sin espinas.
Él
ve poesía en los días nublados. En su barba de tres días anidan las pelusas de
su almohada. Enredados en la punta de sus zapatos lleva sus ganas de convertirse
en estrella, de gastar suelas, de alcanzar lo más hondo y lo más alto. Le gusta
dormir y más aún soñar. Le gusta esa curva de felicidad en los labios tibios de
los desconocidos que se encuentra al pasar. Y le gustan las miradas que abrasan
con fuegos llenos de caricias. Ama la luz y el color de sus mejillas cuando
corre por el parque. Y ama las epidermis sin secretos. Y el aire, y el verde
apagado de los ojos tímidos.
Rueda
por el césped con los ojos brillando por la emoción del viento que en su
murmullo le cuenta historias de mares verdes en orillas de cemento armado.
Morder
espigas le mata el hambre, lo mismo que los hilachos sueltos de su mochila de trotamundos
que a veces mastica sin darse cuenta. Y si le dejas hasta besa el polvo.
Tiene
claro que la prisa no le va a ganar.
Inquilino
del mundo, es un naturalista, un contemplador, un viajero del tiempo en el
espacio presente que lanza suspiros al tiempo futuro con ganas de arreglar el
mundo. No quiere descansar, que lo hagan otros con menos ganas. Él va a saltar
muros y escalar montañas, él va a correr detrás de trenes, va a cruzar ríos y
conquistar planetas sin más gasolina en sus venas que esa alegría contagiosa de
su guitarra. Sólo porque es el momento, su momento, y no lo va a dejar pasar. Que
sus dolores no son más grandes que los de su cartera vacía, lo que ni en exceso
ni en apuro le importa, sabe que ligero de equipaje se llega más lejos, y es lo
que le apetece, lo que anhela, salirse de los mapas, trazar los caminos, los
desvíos, hacerle un atajo al aire que llegue hasta los pulmones amados, todo
menos descansar de ese mundo que gira pesado.
Música: Otra forma
de sentir-Pedro Guerra
5 comentarios:
A mí me gusta mucho andar pero no siempre sigo el camino, porque lo seguro ya no tiene misterio. Los descubrimientos que haces por el camino son lo mejor de un viaje.
Saludos y feliz fin de semana!
Borgo.
¡Es un cuento fantástico, Ana!
Me ha encantado leerlo. Tu forma de expresarte me transforma, y las metáforas que inventas me inspiran. Eres brillante.
Gracias por conpartir tus palabras.
Besos y abrazos, querida amiga.
💞💞💞💞😘😘😘🤗🤗🤗
Correr el mundo a su ledao tiene que ser una hermosa experiencia!!
Me ha encantado tu relato, tan descriptivo y poético.
Mil besos, Ana.
Caray Xe... la expresión que quieras. Una prosa directa y hermosa, como una brisa o como un huracán. Me encanta!!!
Hola Miquel, siempre hay que andar nuevos caminos y atreverse a llegar lejos.
Saludos
:)
Hola Carol, gracias a ti amiga por esa efusividad que siempre desprendes conmigo y mis relatos.
Un besote
:)
Hola Montse, gracias, me alegra mucho que te haya gusto .
Mil besos
:)
Hola Amparo, muchas gracias por elogiar así la prosa, un honor viniendo de ti.
Un abrazo
:)
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