lunes, 26 de septiembre de 2011

En la carretera, el rollo mecanografiado original

Con la publicación del rollo original, la gesta viajera y existencial de En la carretera se vuelve autobiográfica de pleno derecho y a plena luz del día. Y el relato adquiere toda su potencia narrativa. En él –todo un clásico de la literatura norteamericana, un texto «de culto»–, la obra original se libera de la poda editorial a la que ha sido sometida hasta hoy y recupera toda su colosal envergadura. Seguimos a Kerouac y a Neal Cassady –el gran buscón, el «santo», el pecador contumaz y pletórico de carisma que roba protagonismo al autor en este viaje iniciático– y a toda la cáfila que desfila por estas páginas en toda su desnudez y penuria. El lector siente los anhelos, la desolación, el éxtasis, el alcohol, la hierba, el sexo, el jazz, la época prosaica y adormilada contra la cual gritan; tiene en sus manos una suerte de manifiesto de la beat generation, que tanta épica ha aportado a la literatura, el cine y la música del mundo occidental contemporáneo. La sed vital insatisfecha, la búsqueda de horizontes de sentido, de dicha y de conocimiento y los atisbos místicos se estrellan inexorablemente contra una realidad inhóspita y desesperanzada. El lector encontrará en “En la carretera” un vívido compendio de los grandes temas y, al mismo tiempo, una apasionante aventura humana y una metáfora de la existencia.

Jean-Louis Kerouac (1922-1969) novelista y poeta estadounidense, es considerado uno de los autores estadounidenses más importantes del siglo XX; la comunidad beat le reconoce como el "King of the Beats". Su estilo ritmado e inmediato, denominado por él mismo como "prosa espontánea", ha inspirado a numerosos artistas y escritores, entre los que destaca el cantautor Bob Dylan.
Las obras más conocidas de Kerouac son:
En el camino (On the Road), considerado el manifiesto de la beat generation, Los vagabundos del Dharma, Big Sur o El viajero solitario, y narran de manera ficcional los viajes del autor a través de Estados Unidos.


En el camino es una novela en parte autobiográfica escrita como un monólogo interior y está basada en los viajes que Kerouac y sus amigos hicieron por los Estados Unidos y México entre 1947 y 1950. La novela contribuyó a la mitificación de la ruta 66. El jazz, la poesía y las drogas son claramente la inspiración de este escrito, uno de los clásicos más influyentes del siglo XX que aún hoy se sigue reeditando a un ritmo de 100.000 copias anuales.
En el camino fue escrita en sólo tres semanas y fue mecanografiada sin márgenes ni párrafos diferenciados en un largo rollo de papel al que Kerouac llamaba simplemente el rollo. Un rollo artesanal  que realizó uniendo ocho tramos de largura diversa, en total 36 metros de papel de calco recortados longitudinalmente para que entraran en el carro de la máquina de escribir  y pegados entre si, escrito a un espacio y sin un solo punto y a parte.


EN LA CARRETERA
Jack Kerouac

(…)En ese momento, además, se parecía tanto a Franklin Delano Roosevelt —un delirio de mis ojos llameantes y de mi alma flotante— que me incorporé del asiento y con un grito ahogado de asombro, vi corrientes de oro fluyendo por el cielo, y sentí a Dios en la luz de las calles soleadas y ardientes, justo fuera del coche. Miré por la ventanilla y vi a una mujer en una puerta y pensé que estaba escuchando cada palabra de lo que decíamos y que asentía para sus adentros… Eran visiones paranoicas propias de la marihuana. Pero las corrientes de oro persistían. Durante largo rato perdí la conciencia de lo que estábamos haciendo, y sólo volví en mí poco después… (…)

Leer “En la carretera” no resulta fácil. La escritura frenética y desbocada de Kerouac deja sin resuello, y puede chocar al principio, pues casi no hay tiempo para el respiro. Resulta como si oyeras a un viejo amigo medio chalado divagar toda la noche sin parar, un amigo que tiene cuerda para rato y al que no puedes callar… pero tampoco quieres pues sus aventuras te atrapan, a pesar de que te dejen agotada.
Sus noches locas, sus sesiones de jazz, sus aventuras  y sus desfases (sexo, drogas, alcohol, mujeres) son como visiones que te llegan a través de oleadas, y esas oleadas llevan una carga poética y extraña que te estimulan. Si, un relato lleno de fuerza y repleta de atisbos místicos que pueden estimular a cualquier escritor, o a cualquiera que este en ello, pues te dan ganas de dejarte llevar igual que Keouac, de escribir sin parar ni un segundo, recordando y plasmando.
Me ha gustado ese enaltecimiento casi fanático de la amistad, la amistad peligrosa que te conduce por el mal camino, de esa que te trasforma y te convierte en lo que no eres pero que muy en el fondo si eres, un vagabundo inocente amante de la libertad, un ser sin preocupaciones ni limitaciones, que vive su vida o la va quemando, pero que disfruta de cada instante, de cada paisaje y de cada amanecer en la carretera.
Me ha gustado especialmente el pasaje en el que habla del paisaje mexicano, sus palabras me han inspirado. Recomendado.

(…)¿Qué sientes cuando te alejas en coche de una gente que va empequeñeciendo en la llanura, a tu espalda, hasta que apenas puedes distinguir unos cuantos puntos dispersos en la lejanía? El mundo demasiado enorme que nos abarca, y el adiós. Pero nos inclinamos hacia delante, hacia el siguiente empeño loco bajo el cielo. (…)

¡Feliz Lectura!

Fuentes: Anagrama-ed.es. Thekankel.blogspot.com/en-la-carretera-el-rollo-mecanografiado. Casadellibro.com. Blog.metropolislibros.com. Wikipedia. Google imágenes.

4 comentarios:

Raquel dijo...

Un libro intenso, y mareante. Un viaje disparatado, sin rumbo, sin dinero, sin nada; sólo las ganas de ir alguna parte, de seguir la carretera y a ese amigo loco que lo sabe todo y siempre tiene respuestas.
la verdad es que no es nada facil leerlo, y es un rollo, un verdadero rollo en algunos tramos, pero fascinante en otros, como todos los viajes, supongo.
Me ha gustado, pero cuirosamente más la parte final.
Un beso Ana.

Ana Bohemia dijo...

Un rollo que a veces deja de ser rollo, ¿no? Mareante, extenuante, pero increible, hace ya meses que lo leí pero tengo esa sensación aún, de viajar con Kerouac por la ruta 66.
Un beso Raque
:D

Anónimo dijo...

Lo tengo pendiente en la estantería desde hace tanto tiempo que me mira con mal rollo. XD
Si os ha gustado os recomiendo Aullido, de Allen Ginsberg, tanto el poemario como la peli. No os vais a arrepentir. Saludos. La peli se llama Howl en realidad.

Ana Bohemia dijo...

Hola Nicole, si te mira con mal rollo no le hagas el feo y ponte a leerlo, seguro que te lo agradece y empieza a ponerte otros ojitos, jaja.
Me voy a apuntar tu recomendación, te lo agradezco. Y la pelí no me suena pero la buscaré.
Gracias.
;)

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